domingo, 28 de agosto de 2011

EL DESPOTISMO DEL GOBIERNO


En una entrada reciente, reivindicaba la necesidad de un referéndum en nuestro país, después de haberse celebrado solamente dos en la historia reciente de España (el de la Constitución en 1978 y el de la OTAN en 1986). Precisamente ahora se hace más urgente la celebración de este referéndum relativo a la modificación del artículo 135 de la Constitución que el gobierno Zapatero, con la complicidad del PP, va a perpetrar sin contar con el visto bueno (o no) del pueblo.

Ya en 1992 se modificó la Constitución para adaptar a nuestro país a los requisitos de Maastricht, y tampoco se contó con el refrendo del pueblo español. Pero esta vez se han extralimitado, porque lo que pretenden el PSOE y el PP es realizar un cambio que afecta a la capacidad de gasto de las administraciones públicas. Estoy de acuerdo en que en los últimos años las administraciones central, autonómicas y municipales se han excedido en el gasto público, dedicando este dinero no en mejorar precisamente el bienestar de los ciudadanos, sino en organismos a menudo innecesarios (ver enlace), en fastos, coches oficiales (ver enlace) o, sin ir más lejos, en la financiación de las pérdidas de los bancos (unos 230.000 millones de euros, nada menos, sólo en España -ver enlace-), necesitándose la emisión de deuda pública. En Murcia, por ejemplo, la deuda creció un 57 % en 2010, llegándose a más de 2.000 millones de euros, el 7,7 % del PIB (ver enlace). Pero es totalmente irreal que el gasto público de las administraciones no vaya a exceder del 0,4 % del PIB, como cree el gobierno, cuando ningún país del entorno han conseguido esa cifra en décadas. PSOE y PP quieren hacer bien los deberes para los mercados, siendo los primeros de la clase en la que Merkel y Sarkozy son los maestros de ceremonias. 

Aparte de la práctica imposibilidad de alcanzar ese nivel tan bajo de déficit, hipoteca el futuro cuando lleguen situaciones de emergencia. Pero lo más sangrante de esta situación es el modo en que se hacen las cosas: como los reyes del siglo XVIII, el gobierno y el principal partido de la oposición toman decisiones de gran calado, como es la reforma de la Constitución, sin contar con la opinión de los españoles. Después de años en que distintos sectores han reclamado cambios constitucionales (ley electoral, república, laicidad, etc.), con nulo resultado, se atiende no a los ciudadanos españoles, sino a las exigencias de los mercados para calmarlos, pasando por encima de la opinión de los ciudadanos, como si fuésemos aún incapaces de tomar decisiones, como si fuésemos menores de edad.

Ya basta de esta actitud despótica de los dirigentes políticos. Como dice la canción "...sabemos lo que queremos".

¡REFERÉNDUM CONSTITUCIONAL YA!


P. S. Hoy a las 21.00 horas, concentración frente a la Delegación del Gobierno para exigir el referéndum ante la reforma constitucional.


martes, 2 de agosto de 2011

ALTO A LA REPRESIÓN EN SIRIA

Frente a la brutal ofensiva que el ejército de Bashar Al Assad está realizando al pueblo sirio, que ha causado hasta ahora entre 1400 y 2000 muertes, según todas las agencias de información, es necesario que la llamada comunidad internacional reaccione de alguna manera. Organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional (ver enlace) y Human Right Watch (ver enlace) piden una respuesta urgente de la ONU y denuncian la muerte y la tortura sistemática de manifestantes. Estas organizaciones no son precisamente sospechosas de ser manipuladas por los gobiernos. Rusia, China y Brasil amenazaban en junio con impedir que la ONU condene la represión, los dos primeros países utilizando su derecho a veto en el Consejo de Seguridad. Sin embargo Rusia, en las últimas horas, ha condenado el ataque de las fuerzas sirias (ver enlace). La ONU, a través de su Secretario General, ya ha condenado los ataques del ejército regular sirio. China continúa haciendo la vista gorda. 

A los países occidentales no les interesa entrar en el conflicto sirio, según algunas fuentes, porque una escalada bélica en Oriente Medio recrudecería la ya delicada situación árabe-israelí. La UE ya ha iniciado tímidamente una serie de sanciones a cuarenta dirigentes sirios, incluido el presidente Al Assad, congelando sus bienes e impidiendo su entrada a territorio comunitario. A estas sanciones debería sumarse un embargo de armas (Rusia es el principal proveedor de armas al régimen sirio) y la denuncia al Tribunal Penal Internacional.

Los intereses comerciales no pueden ser impedimento para que se condene la represión y se realicen acciones encaminadas a detener la masacre. Si todos estamos de acuerdo en que la democracia, por imperfecta que ésta sea en los términos actuales (ahí estamos para que cambie hacia una versión más participativa), es el mejor de los sistemas, ¿por qué no apoyar su implantación en los países árabes? Para algunos es mejor que los regímenes corruptos y totalitarios se mantengan, apelando a la maldad intrínseca de la ONU y a la búsqueda desinteresada del bien de los pueblos árabes por parte de los dirigentes, se llamen Gadafi o Al Assad. Esta postura es, como poco, incomprensible.


La llamada revolución árabe es imparable.