lunes, 26 de septiembre de 2011

POR UN TURISMO SOSTENIBLE Y RESPONSABLE

Mañana, 27 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Turismo, como todos los años desde 1980. Este año gira en torno al lema "Turismo y acercamiento de culturas". En teoría, se trata de "establecer vínculos interculturales entre diversos países por medio del conocimiento mutuo de los valores sociales, culturales, políticos y económicos", como rezan los estatutos de la OMT (Organización Mundial del Turismo). Sin embargo, las bondades de las actividades turísticas en las economías locales (creación de empleo, principalmente) se ven contrarrestadas por toda una serie de impactos negativos, tanto en la calidad de esos empleos como en el medio ambiente. Repasemos:

 Aunque es cierto que últimamente ha mejorado la cualificación profesional de las personas que trabajan en este ámbito, gracias a las enseñanzas dedicadas a ello (Escuelas de Turismo, Escuelas de Hostelería...), la verdad es que la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras del sector turístico siguen siendo de baja cualificación, con contratos temporales (eso si tienen contrato), sometidos a horarios prolongados y en condiciones desfavorables en su ambiente de trabajo (ver enlace). Además, esta ocupación en el sector turístico hace que se abandonen a menudo las actividades tradicionales.

En los países dedicados principalmente al turismo se sustituye el uso agrícola de las tierras productivas por la ocupación urbanística, con su impacto sobre la soberanía alimentaria de esos países. Este aumento de la demanda de suelo para fines turísticos hace que se encarezca el precio de los recursos. Se ha constatado, además, que la excesiva dependencia de un tipo de sector económico trae como resultado una mayor incidencia en época de crisis. Además, la deslocalización de empresas turísticas europeas y americanas es una suerte de neocolonización económica en el que los beneficios no revierten en las poblaciones locales, sino que van a parar a los países de origen de esas empresas. Un ejemplo de esto lo tenemos en el consorcio español de empresas turísticas Exceltur, un auténtico lobby que agrupa a las principales empresas del ramo, que operan en Marruecos (ver enlace).

El turismo de masas internacional tiene un impacto también sobre las culturas autóctonas, convirtiéndose éstas en meras atracciones, alejándose cada vez más de la función social y cohesionadora para las que fueron creadas. La occidentalización de los servicios turísticos es otro factor que se va generalizando. La demanda de comodidades y servicios por parte de los turistas, al estilo de sus propios países, hace que se homogeneicen cada vez más las ofertas. Los complejos turísticos suelen ser islas, de espaldas a la realidad de las poblaciones autóctonas. 

El medio ambiente se ve afectado de forma muy importante por las actividades turísticas cuando éstas no se han planificado adecuadamente: medios de transporte contaminantes (avión, principalmente), sobrecarga urbanística del territorio, a menudo cercano a espacios naturales, exceso de infraestructuras (aeropuertos, autovías, puertos deportivos, pistas de esquí, campos de golf...), demanda abusiva de agua, contaminación en sus diversas variantes, etc. El atractivo inicial que pueda tener una zona determinada, debido a sus valores naturales, climáticos, culturales, etc. puede ser neutralizado por las intervenciones humanas, matando a la gallina de los huevos de oro.

Desgraciadamente, la Región de Murcia ha sufrido y sufre en su territorio todo estos abusos, mientras las administraciones locales y el gobierno autonómico no parece que vayan a cambiar de rumbo. La capacidad de carga es limitada, y sobrepasarla puede tener consecuencias nefastas. Los planes del actual equipo de gobierno murciano, con los proyectos estrella del parque Paramount, el aeropuerto de Corvera y Marina de Cope van totalmente en dirección contraria de lo que debe ser un turismo responsable y sostenible, que tendría que: 



- Minimizar los impactos negativos del turismo en aspectos económicos, ambientales y sociales.

· Generar beneficios económicos importantes para las poblaciones locales e impulsar el bienestar de las comunidades receptoras y no solamente de unos pocos.

· Mejorar las condiciones de trabajo de los empleados y el acceso al sector turístico, con una formación adecuada en todos los casos.

· Involucrar a poblaciones locales en las decisiones que afectan sus vidas y sus oportunidades (presentes y futuras).

· Contribuir a la conservación del patrimonio natural y cultural para promover la diversidad mundial.

· Proporcionar experiencias más interesantes para los turistas a través de conexiones significativas con las poblaciones locales y mediante un gran entendimiento de la cultura local, de aspectos sociales y medioambientales.

· Ser culturalmente sensibles.

· Promover el respeto entre turistas y receptores asì como fomentar el orgullo local y la confianza.



miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡BASTA DE BARBARIE! ¡QUE SE PROHIBA EL TORO DE LA VEGA!

Ayer se consumó la masacre del toro "Afligido" en el llamado Festejo del Toro de la Vega en Tordesillas (Valladolid). El mozo que lo lanceó fue aclamado vencedor del torneo, teniendo su momento de gloria ante sus vecinos (ver enlace). La lástima es que su único mérito es el de lancear hasta la muerte a un toro cansado y aturdido, sufriendo éste hasta que otro mozo terminara con la vida del toro moribundo con bastante poca pericia, prolongando la agonía unos minutos más. 

A pesar de que el ayuntamiento de Tordesillas y el Patronato que defiende este "festejo" aducen que esta práctica constituye un Patrimonio Etnográfico según el artículo 46 de la Ley de Patrimonio Histórico, argumentando razones lúdicas (como si esto fuera un juego), estéticas (como si fuera un espectáculo bello) y de índole tradicional (como si el hecho de realizarse desde la Edad Media fuera suficiente para mantenerlo) es alucinante que en pleno siglo XXI se continúe con esta práctica bárbara. 

En la página del Patronato del Toro de la Vega (ver enlace) se puede leer: "La salud social de una comunidad consiste en una tensión y equilibrio entre lo ideal y lo real, en una permanente toma de contacto con la realidad en la que no se abstractice el saber, no se reduzca la vida y las relaciones de los hombres a esquematismos artificiales e infecundos. Sería una abstracción y una quimera el que pudiera predominar el derecho artificial, convencional, sobre los Usos y Costumbres tradicionales del Toro de la Vega. Esta situación no originaría un equilibrio entre lo ideal y lo real, sino una tensión que llevaría a la comunidad tordesillana a la "guerra toroveguista" armada con más de 8.000 lanzas verdaderas, contra quienes pretendieran acabar con el Toro de la Vega ortodoxamente realizado, eje de las fiestas tordesillanas". Es decir, que anteponen la tradición al sentido común, estando incluso dispuestos a levantarse en armas contra los que se opongan a esta fiesta.

Otra perla: "Por moral debe entenderse las normas primarias de Derecho conforme a la propia naturaleza de las cosas. No es inmoral que a un toro bravo, nacido y creado para la fiesta, se le dé el destino que desde su origen tiene marcado".  De nuevo el argumento de que los toros han nacido para ser matados violentamente por parte de los seres humanos.

Una tercera: "En Tordesillas predominó la costumbre sobre la Ley. La suelta de toros no respetó, se contrapuso a la ley imperante, pues el tema no es nuevo y lo venimos arrastrando desde su propio origen (...). En el siglo XIII el Derecho legislado eran las famosas Siete Partidas del rey Alfonso X el Sabio, la práctica jurídica de Tordesillas no fueron las Partidas, el derecho oficial, sino la costumbre, pues el famoso código alfonsino equivalía casi a la derogación de las fiestas de toros –entre las que se encontraba la suelta que dio origen al Toro de la Vega-; declaró infamados a los lidiadores de a pie porque practicaban el alanceamiento por precio. En Tordesillas se siguió la costumbre de permitir a las gentes del común el alanceamiento (...). El Patronato del Toro de la Vega, a quien tenemos el alto honor de presidir y representar, no acepta en toda su medida las razones exculpatorias de las disposiciones legales represivas del Rey Sabio". A pesar de que ya Alfonso X El Sabio pretendía prohibir esta práctica en el siglo XIII, las autoridades de Tordesillas anteponían y anteponen la costumbre a cualquier ley. ¿Respetarían una ley que prohibiera este deplorable espectáculo?

El Patronato llega incluso a utilizar esos artículos para posicionarse de forma política, con un tufillo que recuerda a otros tiempos: "Mientras haya toros en casi todos los pueblos de España, el país será uno e indivisible, pues la fiesta brava de la que el Toro de la Vega es el biotipo constitucional, une lo que otros separan". Sin comentarios.

En el punto IX de esta defensa jurídica que esgrime el abogado de este Patronato, se añade, como resumen de lo dicho anteriormente: "El torneo del Toro de la Vega, patrimonio etnográfico de Tordesillas, creado a lo largo de los siglos, por los conocimientos y actividades taurómacas de los tordesillanos como expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo de Tordesillas, en sus aspectos materiales, sociales y espirituales, y transmitido por herencia de generación en generación, constituye un bien comunal de la Villa y Corte, un patrimonio etnográfico tordesillano único en el mundo". De nuevo se anteponen las costumbres, por muy bárbaras que éstas sean, a los valores que cualquier persona con sentido común y un mínimo de sensibilidad debería poseer. 

Ante estos argumentos que ignoran totalmente el derecho del animal a disfrutar de un bienestar, que aducen que por el simple hecho de existir desde hace siglos, el Toro de la Vega debe  ser una actividad mantenida, digamos NO A LA MASACRE DE TORDESILLAS. Instemos al Ministerio de Cultura a que esta vergüenza para el país se suma en el olvido.

sábado, 3 de septiembre de 2011

CONTINÚA EL ASEDIO A LO PÚBLICO

Las medidas que los gobiernos autonómicos de Madrid, Navarra, Galicia y Castilla-La Mancha  pretenden aplicar en la enseñanza pública en el inicio de este curso académico son un atentado a la línea de flotación de la calidad de los servicios públicos y un capítulo más en su intento de dinamitar lo público frente a lo privado. El aumento de 18 a 20 horas lectivas en el horario de los profesores de la Comunidad de Madrid anunciado por la presidenta Esperanza Aguirre alegando que "20 horas son, en general, menos de lo que trabaja el resto de los madrileños"  (ver enlace), aunque matizadas después en Twitter, demuestra en primer lugar un desconocimiento de la realidad del trabajo de los docentes, algo totalmente inusitado en una persona que fue ministra de Educación con el gobierno Aznar.  Y no se da cuenta (o sí, y eso sería mucho más grave) de que miles de personas creen a pie juntillas en lo que dice y que está contribuyendo así a la mala imagen de la ya desprestigiada función pública.

Pero además de un problema de imagen, estas medidas significarán el despido de miles de profesores y profesoras interinos/as, con lo que el problema del paro, que con tanto bombo el PP anuncia que arreglará, está aún más lejos de resolverse. Además, afectará a la calidad de la enseñanza, pues más horas de docencia directa con alumnos resta tiempo a otras tareas imprescindibles para mantener el nivel adecuado (tutorías con padres y alumnos, refuerzos, preparación de clases, corrección de exámenes, actividades extraescolares y culturales, etc.) (ver enlace).

Estas medidas son el laboratorio de ideas que, sin duda, un presumible gobierno popular aplicaría en la totalidad del estado español. El gobierno regional murciano anunció que no aplicará este tipo de medidas a la sanidad ni a la educación (ver enlace). No le hace falta: un supuesto gobierno central del PP lo hará por él. Mientras que en Madrid se pretende ahorrar con estas medidas 80 millones de euros, se subvenciona con 90 millones de euros a la enseñanza concertada (ver enlace). Están claras las prioridades de los gobiernos conservadores.