viernes, 28 de octubre de 2011

¡YA SOMOS 7.000.000.000!

El próximo lunes 31 de octubre, probablemente en algún lugar de Asia, va a nacer el/la habitante número 7 mil millones de nuestro planeta. Inmersos en nuestros problemas cotidianos debidos a la crisis, el paro, las deudas públicas y privadas de los países occidentales, el incierto futuro que nos espera, esta noticia ha pasado sin pena ni gloria, apenas unos segundos en el Telediario. Y sin embargo es, quizá, la noticia más relevante por lo que implica a medio y largo plazo para el devenir de nuestra casa común.

Todavía recordamos cuando en el año 2000 se alcanzó la cifra de 6 mil millones de habitantes. En solamente 11 años, mil millones de personas más se han sumado a la ya abarrotada Tierra. Y la mayor parte de esta población se ha incrementado en países en vías de desarrollo: África es el continente con la mayor tasa de crecimiento demográfico (2,7% anual), seguido de Asia y América Latina. El 60% de la población se concentra en Asia (donde China e India suman casi 2.600 millones de habitantes), mientras África en su conjunto alberga al 15% de la población mundial.

En el informe del Fondo de Población las NN.UU. (NUFPA) sobre el estado de la población mundial 2011 (ver enlace), podemos leer algunos datos demoledores:

- En 2024 seremos 8.000 millones de habitantes; para el 2050 puede haber 10.500 millones de habitantes, alcanzándose más de 15.000 en 2100.
- Hoy hay en el mundo 893 millones de personas mayores de 60 años, llegando a ser 2.400 millones en 2050.
- Hoy viven en ciudades una de cada 10 personas, pero dentro de sólo 35 años vivirán en ciudades dos de cada tres personas.
- Las personas menores de 25 años constituyen el 43% de la población. En algunos países esa cifra supone el 60%.




Mientras los países del Sur aumentan vertiginosamente su población, la vieja Europa, América del Norte y Oceanía estabilizarán su población alrededor de 2.000 millones de habitantes en 2060, manteniendo ese número hasta el final del siglo. Además, en los países occidentales la población está cada vez más envejecida, debido a una tasa de natalidad muy por debajo de la media mundial y a una mayor esperanza de vida. 

Este aumento desmesurado de la población mundial puede llegar a producir toda una serie de conflictos por los recursos, sobre todo por el agua. Según un informe de la ONU (ver enlace), los países ricos consumen, por término medio, 12 veces más agua que los países pobres. Además, en los países en vías de desarrollo, más del 90% de las aguas residuales van directamente a los lagos, ríos y costas, sin depuración previa. Si en 1995 la población mundial con escasez de agua dulce era de unos 460 millones de personas, este informe estima en 2.800 millones en 2025 y en 4.000 millones en 2100 las personas que sufrirán este problema. Las tensiones que ello puede suponer en el panorama internacional son terribles de imaginar.

El otro recurso que, según todos los estudios, empezará a escasear en breve son los combustibles fósiles. La producción de petróleo y carbón no llegará a cubrir la creciente demanda de los países industrializados, máxime cuando los llamados países emergentes se han subido al carro del crecimiento económico desmesurado. El esperable aumento de los precios del crudo tendrá como consecuencia un aumento en el precio de los alimentos cultivados de forma intensiva, altamente dependientes de los derivados del petróleo. Es necesario prepararse para un mundo post-petróleo (ver enlace). El aumento de población también tiene efectos nefastos para el cambio climático, por el incremento de las emisiones de C02 debido a las distintas actividades humanas.



¿Qué soluciones puede haber para paliar los efectos de la superpoblación?

- Desarrollo de Planes de Planificación Familiar y de Educación Sexual en los países en vías de desarrollo, acompañado de la mejora de la educación en general de niñas y mujeres,  apartadas a edades tempranas de su formación. Las mujeres, tan importantes en estos países, deben aumentar su poder, única manera de asegurar el progreso de las sociedades. Estos planes pueden solucionar también la pandemia del virus del VIH, que asola el continente africano, sobre todo.
- Facilitación de las migraciones, desde los países del Sur, con muchos jóvenes y escasez de empleo, como un modo de ayudar a las familias que se quedan en sus países de origen, al tiempo que se equilibran las pirámides de edad de los países industrializados.
- Planificación y Ordenación de las ciudades, para evitar un desarrollo urbanístico desordenado y los desabastecimientos de los servicios básicos. Ese desarrollo debería hacerse de forma ecológicamente sostenible.
- Aumento considerable de los fondos destinados a la Cooperación Internacional por parte de los países desarrollados, como mínimo equivalente al 0,7% del PIB.
- Cese de las operaciones especulativas de ciertos países con respecto a los alimentos, que lo único que consiguen es el aumento de sus precios, haciéndolos inasequibles para muchas familias.
- Desarrollo de la agricultura mediante métodos ecológicos, concesión de créditos y creación de infraestructuras para evitar la inseguridad alimentaria, para cumplir uno de  los Objetivos del Milenio de disminuir el número de personas desnutridas (ver enlace). 
- Impulso del desarrollo tecnológico en el campo de las energías renovables, para sustituir las pronto obsoletas tecnologías basadas en los combustibles fósiles por aquellas respetuosas con el medio ambiente.

Si queremos que el planeta no sucumba a los estragos de la superpoblación, es necesario que la comunidad internacional empiece a trabajar ya para que este fenómeno no suponga conflictos en el futuro, un futuro que está a la vuelta de la esquina.



sábado, 22 de octubre de 2011

EL DESARME COMO PRIORIDAD

Las semana del 24 al 29 de octubre se celebra la Semana del Desarme, instaurada por las NN.UU. en 1978, en plena carrera armamentística por parte de las dos potencias y sus satélites. Pero lejos de conseguir la disminución en el tráfico de armas, actualmente hay más armas que nunca, tanto de destrucción masiva (nucleares, químicas, biológicas, bombas de racimo o minas antipersona) como las llamadas convencionales, aunque para algunos no tiene sentido esta clasificación, pues ambos tipos causan sufrimiento y muerte.

Muertes, mutilaciones, violaciones, éxodos masivos, hambrunas, con la infancia como principal víctima de los conflictos, condenan a los países en guerra a décadas de atraso económico y social. Africa, Asia, Sudamérica y Medio Oriente sufren conflictos enquistados  en el tiempo, como los de Israel y Palestina, Colombia, Somalia, Pakistán, Irak, Afganistán, etc. que hipotecan su futuro mientras engrosan las cuentan corrientes de las empresas armamentísticas.

A pesar del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, firmado en 1968 por 188 países, el peligro de conflicto nuclear no está aún desterrado: los cinco países firmantes del tratado que hicieron pruebas nucleares antes de 1967 son los únicos autorizados a tener este tipo de armas (EE.UU., Rusia, Francia, China y Reino Unido), siendo además éstos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Otras naciones poseedoras de armas nucleares nunca lo han firmado (India, Pakistán e Israel), mientras que Corea del Norte se salió del tratado en 2003. Irán y Arabia Saudí son sospechosos de tener un programa nuclear en marcha, aunque nunca lo han admitido. En 2010 se estiman en más de 22.000 las ojivas nucleares desplegadas en el mundo, de las que el 53 % corresponde a Rusia y el 42,5 % a EE.UU., suficientes para destruir el planeta varias veces.

En cuanto a los países exportadores de armas, EE.UU. es el que lidera este ránking (con el 30% del mercado), seguido de Rusia (23%), Alemania (11%), Francia (7%) y Reino Unido (4%). El volumen de ventas a nivel mundial ha aumentado un 24 % entre 2006 y 2010, según el informe de 2010 del SIPRI (siglas en inglés del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz) (ver enlace). Este informe desvela también que EE.UU. destinó más de 660 mil millones de dólares en armamento en 2010, seguido de China, del que se estima un gasto militar de 100 mil millones de dólares.

España tiene el dudoso honor de ocupar el octavo lugar con una cuota del 3% del mercado mundial, un peso similar al que tiene una potencia como China y superior al de países como Italia, Suecia o Israel (ver enlace), facturando más de 3.500 millones de dólares en el periodo 2006-2010. Las armas exportadas por España son principalmente buques de guerra, submarinos (fabricados por Navantia) y aeronaves (fabricadas por Airbus Military). En el primer semestre de 2010 aumentaron las ventas de material militar español en un 77% con respecto al mismo semestre del año anterior (ver enlace). Los principales clientes de España son Noruega, Chile e Indonesia, aunque muchos son los países que compran a España (sobre todo latinoamericanos y africanos). Algunas de las bombas de racimo utilizadas por las tropas de Gadafi que cayeron sobre Misrata en el conflicto libio son de fabricación española.

Según un informe redactado por SETEM (Servicio Tercer Mundo), 14 bancos españoles (incluidos BBVA, Santander, Bankia y La Caixa) financian la fabricación de armamento en el mundo (ver enlace). Se trata de uno más de los negocios especulativos en los que están involucradas estas entidades financieras, a las que no importa qué destino tienen los fondos aportados por sus clientes, actuando de forma totalmente inmoral y sin atender a las consecuencias de tal financiación. Una banca ética es la solución para que esto no ocurra.

Es preciso disminuir drásticamente el volumen armamentístico en el mundo, que se cumplan los compromisos adquiridos, como el tratado START de reducción en un 30% de las armas nucleares en EE.UU. y Rusia (que, recordemos, acumulan el 95% de las cabezas nucleares) firmado en abril de 2010. Es necesario que los países fabricantes y exportadores de armas comiencen a entender que no puede equilibrarse las balanzas de pagos a costa de llevar el sufrimiento a multitud de zonas en conflicto en el mundo (ver enlace), y que se aplique la Ley de Comercio de Armas, que establece que no podrán venderse armas a países en los que hay indicios de conflicto (ver enlace).

La seguridad internacional y la consecución de un planeta más justo y en paz merece el esfuerzo por parte de todos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

LA RESPONSABILIDAD DE LOS PAÍSES EMERGENTES

Los países llamados emergentes (Brasil, Rusia, China, México, India, Indonesia, Sudáfrica...) están teniendo un gran protagonismo en esta época en que una crisis sistémica está golpeando con fuerza a las economías tradicionalmente potentes. Hasta tal punto han llegado a crecer que China es la 2ª potencia mundial, sólo por debajo de EE.UU.; India ocupa el 4º puesto, Rusia el 6º y Brasil el 8º lugar. Estos son los conocidos como BRIC, acrónimo formado por la primera letra de estos cuatro países.
Si bien es cierto que estos países están experimentando un crecimiento económico sin precedentes, suponiendo el 40 por ciento del PIB mundial y el 37 por ciento de la inversión directa extranjera (1), con un aumento del nivel de vida de sus habitantes, la velocidad a la que están realizando estos cambios trae consigo una serie de efectos negativos tanto para el medio ambiente como para sus poblaciones. La riqueza creada es aprovechada solamente por una minoría cercana al poder, mientras la inmensa mayoría de la población continúa con sus bajos niveles de vida. En Rusia, China y Brasil ha aumentado el número de multimillonarios al doble en un solo año (2), al tiempo que la tasa de pobreza está todavía a unos niveles demasiado altos (3) y el trabajo infantil, a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos, sigue siendo una rémora en sus condiciones sociales (4).
Algunos de estos países se han lanzado a la especulación alimentaria y financiera, con consecuencias aún inciertas para el futuro del planeta y las relaciones internacionales. Algunos dirán que estos países tienen el derecho a desarrollarse después de siglos de atraso económico y social, pero este desarrollo no puede ser a costa de repetir los mismos errores que se han cometido en el pasado. La lista es apabullante:
- Los países emergentes (además de EE.UU.) lideran el ránking mundial de impactos ambientales (pérdida de bosque natural, conversión del hábitat, sobrepesca, el uso de fertilizantes, la contaminación del agua, las emisiones de carbono de uso de la tierra y la amenaza de especies) (5).
- Con el superávit de sus balances comerciales, toda una serie de empresas de China, Corea del Sur, Arabia Saudí -además de países de la UE como Reino Unido o Alemania- se dedica a comprar tierras, millones de hectáreas en África. La sustitución de cultivos tradicionales destinados a la alimentación de las poblaciones locales por otros como la soja o el maíz (a menudo transgénicos) cuyo objeto es la ganadería y sobre todo los agrocombustibles (6) traen como consecuencia la deforestación, la desertificación y la pérdida de la propiedad de la tierra, además de las consecuencias sobre la soberanía alimentaria.
- Brasil lleva ya arrasada el 18 % de la selva amazónica, sobre todo para pastizales, desplazando a las poblaciones autóctonas (7).  También el cultivo de la soja destinado a la ganadería europea y estadounidense para las grandes cadenas de comida rápida están contribuyendo a la destrucción de la selva amazónica.
- China es uno de los países más contaminantes del mundo, por metales pesados (8), por la emisión de dióxido de carbono (China emite más CO2 que EE.UU y Canadá juntos), por su producción de energía basada en el carbón en un 70 %, la fuente más contaminante, hasta tal punto que ha debido importar este mineral por su ritmo de crecimiento (9). Además, está decidida a ampliar su capacidad nuclear para uso civil, con los riesgos que ello supone. 
- Rusia tiene las mayores reservas de gas natural del mundo (el 85 %) y es el segundo productor de carbón. Estas fuentes de energías fósiles contribuyen al calentamiento global. Rusia tampoco está dispuesta a abandonar la energía nuclear, queriendo aumentar el peso específico de este tipo de energía del 16 % a 25 % para 2030 (10)
- Por la pujanza de estas economías, algunos países estudian comprar deuda de países europeos, aunque se limitarán a los países más sólidos, como Alemania o Reino Unido (11).  China ya ha comprado deuda de países en crisis como Portugal, España, Grecia o Hungría, eso sí, con la exigencia de que la UE le reconozca como "economía de mercado" y retire el embargo de armas a la que está sometida (12). Se convertiría así en el árbitro de la economía mundial.
- Los países emergentes aumentan su PIB, entre otras cosas, con la fabricación y exportación de minas antipersona. Junto a EE.UU., China, Rusia, Israel, Sudáfrica, Corea del Sur, India y otros países lideran este comercio asesino (13). 
- Además de todo esto, el déficit democrático es evidente en países como China, donde se permite el capitalismo económico, pero se reprime duramente cualquier disidencia política, y donde una dictadura comunista pone los derechos humanos y la libertad de expresión a la cola de sus prioridades (14). La Rusia del tándem Putin-Medvedev, que domina el panorama político desde 2000 y que podría hacerlo hasta más allá de 2018, no deja mucho espacio a la oposición (15), siendo calificada como "estado mafioso" por Wikileaks (16).
En definitiva, el ascenso de los llamados países emergentes en el panorama internacional puede llevar al planeta por unos derroteros inciertos, desde el punto de vista ambiental, económico y político, si no toman sus decisiones y ejercen sus acciones con responsabilidad. Y a esa responsabilidad hay que apelar. 

viernes, 14 de octubre de 2011

HAY SALIDA. EL 15-O SE PUEDE DEMOSTRAR

Estamos en un mundo globalizado en el que está claro que unos pocos dominan (o lo intentan) los destinos de todo el planeta. Comparado con las décadas anteriores, se ha complicado mucho el panorama internacional; antes de la caída del muro de Berlín el mundo se explicaba en términos de dos bloques antagónicos en torno a dos potencias. A partir de la década de los '90, y con el bloque comunista reducido a la mínima expresión, se inicia la era del neoliberalismo extremo, anteriormente aplicado en diversos países (el Chile de Pinochet, la Argentina de las juntas militares, los EE.UU. de la era Reagan, la Gran Bretaña de Thatcher), como bien explica Naomi Klein en su libro La doctrina del Shock, luego llevado al cine (ver película). 

La liberalización de las transacciones financieras, la proliferación de los paraísos fiscales, la imposición de las doctrinas económicas más conservadoras a los gobiernos de uno y otro signo, han aumentado escandalosamente la brecha entre ricos y pobres, tanto si comparamos entre países del Norte y del Sur, como si hablamos de la población de un mismo país. La facilidad con que los capitales viajan de un país a otro contrasta con las dificultades que tienen las personas para moverse, incluso huyendo de conflictos bélicos, dictaduras, hambrunas o condiciones climáticas extremas. Algunos datos: 


- El 50 % de los habitantes del planeta viven con menos de 2,5 $ al día (ver enlace).
- El aumento del precio de los alimentos básicos por culpa de la especulación ha llevado a la pobreza a 44 millones de personas en el mundo en el último año (ver enlace).
- En España, casi el 21 % de la población está por debajo del umbral de la pobreza  (ver enlace).


Las economías de los principales países industrializados del mundo, en la vía del neoliberalismo salvaje, están acentuando esta situación: profundización de las diferencias entre ricos y pobres; predomino de la economía financiera frente a la economía real; obediencia ciega de los gobiernos a las consignas y recetas del FMI, Banco Mundial, Bancos Centrales; pérdida de peso específico del sector público frente al privado, con la consiguiente merma de la calidad, pues se prima la rentabilidad antes que la garantía de los servicios. 


Uno de los más perjudicado ante el avance del neoliberalismo es el medio ambiente, pues para los mercados, no es más que una fuente de recursos a corto plazo, sin importar las consecuencias que sus acciones puedan suponer para las generaciones futuras: pérdida de la biodiversidad (ver enlace); destrucción de hábitats debido a actividades antropogénicas y al cambio climático (ver enlace); aumento de las emisiones de CO2 con el subsiguiente calentamiento global (ver enlace); desplazamientos forzosos de poblaciones enteras, por la deforestación, el agotamiento de los recursos o los conflictos.


Frente a la deriva de los gobiernos de la UE (capitaneados por Alemania y Francia) y de EE.UU.; frente al "dejar hacer" que ha sido el leit motiv de la última década, con las consecuencias por tod@s sabidas del aumento desmesurado de las deudas soberanas, de la inyección de capital público a los bancos que son, en primera instancia, los principales responsables de la actual crisis; frente al déficit democrático -por mucho que lo niegue el establishment-, mañana 15 de octubre tenemos la oportunidad de decirle a los que  manejan los hilos que ya está bien, que queremos otra forma de hacer las cosas, más participativa, más democrática, en la que l@s ciudadan@s podamos influir de verdad y no cada 4 años. Esta marcha, auspiciada por los indignados españoles, ha movilizado a más de 800 ciudades de 70 países, bajo el lema "Unidos para un Cambio Global".


MAÑANA A LAS 20 H. EN JARDÍN DE FLORIDABLANCA DE MURCIA, MANIFIÉSTATE.