martes, 7 de febrero de 2012

¿NO SE HACE NADA POR SIRIA?

El 4 de febrero pasado se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar de aprobar una resolución condenatoria a las masacres perpetradas por el régimen de Bashar-El-Assad, sin resultado alguno. De nuevo, Rusia y China han hecho uso de su derecho al veto como miembros permanentes para impedir dicha resolución, a pesar de que los otros 13 miembros votaron a favor (ver enlace).

Mientras tenían lugar las conversaciones, un bombardeo de la aviación siria sobre la ciudad de Homs causó al menos 230 muertos, situación que se ha repetido en las últimas horas (ver enlace). Son ya más de 6.000 las víctimas de esta auténtica masacre desde que comenzaron las protestas por parte de la población civil en el verano pasado, como continuación de las revueltas de la llamada "primavera árabe". Estos días, varios países occidentales, entre ellos España, así como los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCGhan retirado a sus embajadores de Damasco en un intento de presionar al régimen sirio para que cese en sus acciones armadas (ver enlace). 

Pero, ¿qué razones aducen Rusia y China para vetar la resolución de la ONU? China comenta en el órgano oficial del Partido Comunista Chino, el People Daily, que "es necesario más tiempo y paciencia para encontrar soluciones políticas a la crisis siria, evitando así mayores sufrimientos y muertes al pueblo sirio" (ver enlace), cuando es precisamente ese tiempo perdido el que hace aumentar de forma continua la cifra de muertos. Las verdaderas razones, según muchos analistas, son principalmente de índole económico y estratégico, pues Rusia hace uso de la base siria de Tartus, único acceso al Mediterráneo para la flota rusa (ver enlace) a la vez que es el principal proveedor de armas al régimen, destinando el 10% de sus exportaciones armamentísticas a Siria. Se calcula que el valor de los contratos suscritos rondan los 1.500 millones de dólares (ver enlace). 

China no ve con buenos ojos la ola de revueltas de la "primavera árabe", pues ha dado pie a que en el gigante asiático toda una miríada de blogueros y periodistas hagan uso, a imagen de los países norteafricanos, de las redes sociales para organizarse contra la opresión del gobierno chino (ver enlace). Por otro lado, las revueltas árabes ponen en peligro el plan de inversiones en África por parte de China (ver enlace), consistentes en líneas ferroviarias, carreteras y redes de telecomunicaciones, además de tierras de cultivo. El montante de las inversiones chinas en el continente africano era en 2010 de 32 mil millones de dólares.

No es de extrañar, entonces, que estos dos países sean los principales valedores del régimen de Bashar-El-Assad. Desde la comunidad internacional se demanda que cese de inmediato la violencia en Siria. Desde Francia, Europe Écologie-Les Verts (EELV) se han manifestado a favor de convencer a Rusia y China, incluso por medio de suspender acuerdo comerciales con ambos países, para que cambien el sentido de su voto en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como de retomar el diálogo con Turquía para crear un corredor humanitario salvaguardando así la vida de los civiles sirios (ver enlace).

Es preciso que se modifique el modo de funcionamiento de las Naciones Unidas, reformando el derecho a veto de unos pocos países (EE.UU., Gran Bretaña, Francia, Rusia y China) que pueden decidir que se aprueben o no las resoluciones, para que estas situaciones no se repitan. Sólo mediante las sanciones económicas, las movilizaciones  pacíficas internas, la participación de la Liga Árabe y, por supuesto, la defensa de los Derechos Humanos se podrá salir de esta situación, todo ello apoyado por una resolución de la ONU de rechazo al régimen de Bashar-El-Assad. No es posible que cualquier régimen pueda, impunemente, masacrar a su población para que sus líderes sigan manteniéndose en el poder a cualquier precio. Y Siria es uno de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario