lunes, 29 de octubre de 2012

OBJETOS PRESUNTAMENTE INÚTILES

Un estudio reciente muestra que en Europa, un teléfono móvil tiene una vida "útil" de un año y medio, cuando podrían aguantar perfectamente 10 años, según la Agencia para el Medio Ambiente y el Control de la Energía (ADEME en sus siglas francesas). Del mismo modo, el 40% de los electrodomésticos son reemplazados estando aún en buen estado y pudiendo ser reparados. Mientras que en 1985, un ordenador personal era utilizado durante 11 años, actualmente a los tres años suele ser sustituido por el modelo más reciente. 

Se habla mucho de la obsolescencia programada, de la responsabilidad de los fabricantes a la hora de sacar al mercado sus productos, que están "programados" para fallar al cabo de un cierto tiempo. Los fabricantes contribuyen a esto, además, haciendo incompatibles los componentes del nuevo modelo con los anteriores, al tiempo que las reparaciones son cada vez más difíciles (e incluso imposibles). Siendo todo esto cierto, el sistema no sería viable si no existiera también una obsolescencia psicológica del consumidor, quien, con la ayuda de la publicidad, siente la necesidad, a menudo inducida, de cambiar su modelo de móvil, de ordenador, de televisor, de coche, etc. mucho antes de que éstos acaben su ciclo de vida útil.

Sólo hay que ver cómo se producen colas interminables para adquirir el último modelo de móvil de cuarta o quinta generación o la última versión del sistema operativo más vendido, o cómo se lanzan al mercado últimas versiones de aparatos tecnológicos cuando el 90 % de los usuarios no le han sacado todo el partido a los modelos anteriores. Se trata más de una cuestión de estátus, de situarse las personas en un determinado nivel con respecto a los demás, por el mero hecho de poseer tal o cual aparato que tu vecin@ no tiene. 

Sólo en España se generan cerca de 200.000 toneladas de basura electrónica al año, ascendiendo esa cifra a 7,4 millones de toneladas/año en toda Europa (con un previsión de que se duplique esa cifra de aquí a 2020) y a 50 millones de toneladas anuales en todo el mundo, según la ONU. Esa chatarra tecnológica va a parar a países asiáticos como China e India, aumentando de forma vertiginosa la cantidad de basura que es llevada a África (a Ghana y Nigeria, sobre todo) como "donaciones solidarias", aunque lo cierto es que el 75% es pura chatarra contaminante por metales pesados. 

Capítulo aparte merece el asunto de los vehículos a motor. La bajada en las ventas de coches en España durante el año 2012, que ha descendido en un 36,8% en septiembre con respecto al mismo mes del año anterior, ha hecho que el gobierno español, espoleado por la industria automovilística, ponga en marcha nuevamente el llamado Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (Plan PIVE), que consiste en una ayuda de 2.000 euros -mil aportados por el Ejecutivo y los otros mil como mínimo por las marcas- para la adquisición de un automóvil catalogado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) con las etiquetas A ó B de eficiencia energética con un precio máximo de 25.000 euros antes de IVA. Lo que parecería una medida encaminada a mejorar la eficiencia de los coches de más de 10 años de antigüedad es, en realidad, una ayuda al sector del automóvil con dinero público, sector que constituye un auténtico lobby en nuestro país. 

Esta ayuda podría ser incluso un brindis al sol, toda vez que un estudio realizado por un investigador del CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), dependiente de la Universidad de Zaragoza, asegura que para que compense desde el punto de vista energético la adquisición de un nuevo coche amparándose en este plan, el vehículo sustituido debería tener unos 20 años. Si se hace antes, la energía utilizada para producir los componentes del vehículo es mayor que la que se ahorraría. Esto sería diferente si se sustituyeran por vehículos eléctricos.

¿Qué se puede hacer para paliar todos estos problemas? 

- REDUCIR: En primer lugar, no dejarse llevar por los cebos publicitarios, y seguir utilizando los móviles, ordenadores, electrodomésticos, etc. más tiempo del que "recomiendan" los fabricantes, sin ceder a las modas o promesas de mejores prestaciones, a menudo superfluas. Utilizar menos el vehículo privado, alargando su vida útil.

-REUTILIZAR/RECICLAR: Por ejemplo, instalando un sistema operativo libre (Linux) a tu ordenador antiguo para volver a ponerlo a funcionar, o cederlo a empresas que reparan los ordenadores para donarlos a ONGs que, a su vez, son llevados a países en desarrollo (como Bipbip o Nuevas Tecnologías para África). Llevar los pequeños electrodomésticos a  los puntos limpios que casi todos los ayuntamientos tienen distribuidos por la ciudad. En el caso de los móviles, también hay iniciativas como la campaña "Dona tu móvil" de Cruz Roja o Eurekamovil de Amnistía Internacional. En Murcia, hay entidades sin ánimo de lucro y empresas de economía social que reciben todo tipo de objetos que ya no se utilizan para darles una segunda oportunidad a la vez que se fomenta el empleo a personas en riesgo de exclusión social (como Traperos de Emaús).

- RECONCEPTUALIZAR/REEVALUAR: Es decir, redefinir nuestro papel como consumidores, siendo conscientes de las consecuencias de nuestros actos, como por ejemplo la conexión entre el uso de teléfonos móviles, ordenadores y la extracción del coltán (mineral utilizado en estos aparatos) en el Congo, con la explotación humana y la guerra como resultados aún visibles, por citar un caso sangrante. 

Pensémoslo dos veces antes de decidirnos a deshacernos de objetos presuntamente inútiles y démosles una segunda oportunidad. El planeta y sus habitantes reconocerán el gesto.

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