miércoles, 23 de octubre de 2013

¿EN QUÉ MUNDO VIVE MONTORO?

El ministro Montoro vive en una realidad paralela. Donde él ve prosperidad, "la luz al final del túnel" y salida de la crisis, los últimos estudios certifican que para un amplísimo sector de la población, esa salida está a años luz de distancia. Un informe del Consejo General de Trabajo Social asegura que el número de familias de "clase media" que han acudido a los servicios sociales se ha duplicado en el último año, habiendo subido en un 30% las personas sin recursos económicos, y en un 13,5% los jóvenes titulados en Secundaria y universitarios que acuden a estos servicios. Ese optimismo del ministro le habrá venido, seguramente, a consecuencia de la lluvia de dinero que, según Botín, está inundando nuestro país y que sólo perciben las empresas del IBEX, que han aumentado sus beneficios en un 9% en el primer semestre del año con respecto al año pasado y por ser los alumnos aventajados para el FMI. 

Hoy, en diversas ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Almería, Valencia, Salamanca, Granada, Girona, Córdoba, Boiro -A Coruña-, Jaén y Cádiz), se van a realizar concentraciones en protesta por la situación de pobreza energética en la que se encuentran una cada vez mayor proporción de la ciudadanía española, acción promovida por la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) ha estimado en un 10% el número de hogares españoles afectados por este problema, lo que supone que 2 millones de familias son incapaces de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 20º C en invierno y 25º C en verano). Desde EQUO se anima a participar en esas acciones de denuncia.

Este problema es debido a varias causas, como son bajos ingresos del hogar, calidad insuficiente de la vivienda, precios elevados de la energía, precios elevados de la vivienda, etc. Sus consecuencias en el bienestar son también variadas: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del suministro, degradación de los edificios, despilfarro de energía, emisiones, etc. 

El precio de la electricidad ha aumentado en cuatro ocasiones en lo que llevamos de año, acumulándose ya una subida media de la factura eléctrica del 3,5%. El gobierno español apela al mercado libre para permitir esta subida, cuando la realidad es que el oligopolio de las compañías eléctricas va en contra de la competencia, máxime cuando este mismo gobierno pone trabas de forma continua al desarrollo de las energías renovables, modificando las reglas de juego de forma deliberada e interesada. Sin embargo, diversos estudios revelan que en el período 2005-2011, las energías verdes abarataron el precio de la electricidad en 28.500 millones de euros, 7.600 millones de euros más que todas las primas recibidas.

La percepción del fin de la crisis que tiene el gobierno choca de bruces con la realidad: el aumento de la pobreza, entre ellas la energética, que tendrá sus consecuencias este invierno, y el ahondamiento de la brecha entre ricos y pobres. Las medidas que ha puesto en marcha Rajoy y compañía sólo han beneficiado a las grandes empresas, pero no se han traducido en un mayor bienestar de la población, sino todo lo contrario. Por mucho que repitan como un mantra este mensaje optimista, no podrá ocultarse por mucho tiempo la mentira en la que están sumidos y con la que tratan de engañar a la ciudadanía. ¿Hasta cuándo?




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