lunes, 30 de diciembre de 2013

UN BALANCE DE 2013

Hoy es el día de hacer balance del año 2013 que estamos a punto de dejar atrás. En este caso, el balance es diametralmente contrario a lo que el presidente del Gobierno nos ha vendido, en una operación de marketing perfectamente preparada por sus asesores. Este segundo año de la legislatura nos ha hundido aún más en las consecuencias de la crisis, con cientos de miles de parados más que en 2012, cientos de familias que siguen siendo desahuciadas semanalmente, con el éxodo de miles de jóvenes que intentan buscarse la vida, con la bajada real de los salarios y de las pensiones y el aumento escandaloso de la brecha entre ricos y pobres, aumentando en un 13% el número de millonarios en España, superando los 400.000, mientras que tres millones de españoles viven en situación de pobreza severa, es decir, con menos de 307 euros al mes.

La presión del lobby de la energía en España, representado por la patronal UNESA, ha provocado que el coste de la energía eléctrica se haya incrementado en un 8% en 2013. Si nos remontamos a 2002, el aumento de la factura eléctrica para el consumidor en estos 11 años ha sido del 104%, nada menos. España tiene el tercer precio más caro de la UE, sólo superado por Chipre e Irlanda. Este año ha sido también el año en que en España se ha abierto la veda para la explotación del subsuelo a la búsqueda de gas, a través del método del fracking, lo que ha provocado que en muchas regiones se formaran plataformas en contra de este procedimiento causante de un impacto brutal sobre el medio ambiente.

Desde el punto de vista de los servicios públicos, continúa el ataque a la Sanidad y la Educación, con el intento de privatización de los servicios sanitarios (eufemísticamente denominada externalización), afortunadamente paralizada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y la aprobación de la LOMCE, que entra hoy en vigor. Este año, casi 600.000 estudiantes han perdido su beca para comprar libros, y 64.000 escolares deben estudiar en barracones. La introducción de la nueva ley del aborto, curiosamente llamada Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, incluyendo en su denominación toda una declaración de intenciones de corte nacional-católica, y en la que se excluye, precisamente, a la mujer embarazada de prácticamente cualquier poder de decisión, nos retrotrae a los años ochenta. A pesar de haber sido criticada por los demás países, como Francia, en boca de su ministra de los Derechos de la Mujer, el gobierno de Rajoy insiste en seguir siendo la "reserva espiritual de Occidente".

Hablando de economía, la deuda pública se aproxima peligrosamente al 100% del PIB, es decir, al billón de euros, creciendo continuamente, a pesar de los recortes.  A ello ha contribuido la aportación de 41.000 millones de euros a la banca. Los ingresos han bajado, debido principalmente al descenso de la actividad económica y a la renuncia del ejecutivo a luchar contra el fraude fiscal y la evasión de capitales, además de no incidir la presión fiscal en los que más tienen, sino en la población en general, sobre todo con al aumento del IVA, que no ha producido el efecto esperado. Aunque el crecimiento económico del país ha experimentado un leve incremento, los que creemos que la vía crecentista no es el camino para la recuperación, porque significa ahondar en las diferencias socio-económicas y en la degradación del medio ambiente, instamos a que se adopten otros indicadores de prosperidad. Como ejemplo, hay que decir que según el IDH (Índice de Desarrollo Humano), España sigue situado en el puesto 23 sobre un total de 144 países (cuando según el PIB estamos en el puesto 16). 

En relación al Índice de Felicidad, elaborado por la New Economics Foundation (NEF), encontramos varios datos esclarecedores: el índice de España es de 44,1, descendiendo al puesto 62 de un total de 151 países. Este índice resulta de la combinación de varios factores, como son el bienestar experimentado (con un índice de 6,2 sobre 10, en el puesto 42), la esperanza de vida (81,4 años) y la huella ecológica (aquí salimos malparados, ya que necesitamos 4,74 hectáreas por habitante, siendo 1,8 has. el máximo para que nuestra presencia en el planeta sea sostenible). Debido a esto, nuestra posición en el ranking de impacto de nuestro país en el planeta desciende a un vergonzante 123º puesto.

Desde el punto de vista ambiental, la aprobación de la Ley de Costas sitúa a España en una situación anterior a 1988, con la reducción de la zona de servidumbre a 20 metros frente a los 100 metros que contemplaba la anterior ley, y supone la vía abierta para seguir "enladrillando" el litoral. Además, hemos asistido a la impunidad de los causantes de la catástrofe del Prestige, la penalización del autoconsumo energético, un nuevo fracaso de la Cumbre del Clima celebrado en Varsovia, y la citada multiplicación de los proyectos de fracking en nuestro país, apoyados por el gobierno. Las emisiones totales de CO2 también han aumentado un 8,23% respecto a 2012 situándose en los 5.471.717 toneladas de CO2, debido principalmente al aumento del uso del carbón, por la disminución de la energía proveniente de las fuentes renovables, víctima de los ataques  por parte del gobierno a esas fuentes de energía.

Una de las obsesiones del gobierno Rajoy ha sido en este año evitar a toda costa las protestas callejeras, criminalizando las manifestaciones, postura que ha tenido su cénit con la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, que impone multas desproporcionadas a quienes se manifiesten en las inmediaciones del Congreso o se reúnan sin comunicarlo previamente a las autoridades, supuestos que recuerdan aquella frase de "la calle es mía". La actuación de la policía en estas manifestaciones ha sido objeto de crítica por parte de organizaciones como Amnistía Internacional

En el apartado de las infraestructuras, ha sido el año en el que se confirma la ineptitud de los gobernantes, pues la mayoría de las apuestas en aeropuertos y autopistas hechas por las empresas privadas, pero avaladas por el gobierno central y los diversos gobiernos autonómicos se han aseverado como auténticos fracasos. Véanse si no los aeropuertos de Ciudad Real, que no recibe oferta alguna por parte de empresas privadas tras haber costado más de 1.000 millones de euros, o el de Corvera (Murcia), para el que el gobierno de Valcárcel ha tenido que solicitar un crédito de 200 millones de euros para hacer frente al aval concedido por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Además, prosigue la inversión de miles de millones de euros en el AVE, medio de transporte de poca demanda social por el elevado precio de sus billetes, además de alto impacto ambiental y poca rentabilidad. 

En cuanto a una de las lacras de nuestro país, la corrupción, comprobamos que es una cuestión pendiente en España, y que prácticamente ningún partido se libra de caer en sus redes. Desde las grandes tramas corruptas, que incluyen financiación ilegal de partidos políticos, como la trama Gürtel, pasando por la condonación de deudas a los partidos políticos por parte de los bancos, hasta las corruptelas en pequeños municipios, casi todos los partidos tienen asuntos de los que avergonzarse. La situación de quiebra técnica de los principales partidos pone de manifiesto que algo falla en el sistema de financiación y en los mecanismos de control.

La cultura ha sido otra de las damnificadas de las medidas del gobierno de Rajoy. El aumento del IVA ha sido la puntilla para la casi inexistente industria cultural española, y en 2013 hemos asistido al hecho de que ha disminuido el número de asistentes a los cines y teatros, disminuyó asimismo la venta de libros y la asistencia a conciertos y museos. Todo ello mientras el ministro Wert reclamaba en 2012 que "los músicos deben cobrar menos por sus actuaciones". De aquellos barros estos lodos. 

Si hablamos de lo puramente político, creo que hay que destacar los procedimientos poco democráticos de partidos como PP y PSOE, que acuden a la designación "a dedo" de los "sucesores" a los cargos institucionales que deberían ser elegidos por cauces democráticos, es decir, por toda la ciudadanía. Me refiero a la designación de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía y al aún incierto sucesor de Valcárcel como presidente de la Región de Murcia. En ambos casos pesa más la cercanía al poder que la opinión que pueda tener la sociedad sobre la idoneidad de las personas para ocupar tales cargos. En ambos casos se trata de personas de las cuales no se conoce empleo diferente al de cargos relacionados con sus respectivos partidos. En la otra cara de la moneda, destacaría la pionera iniciativa de EQUO de organizar unas elecciones primarias para elegir los cabezas de lista, tanto hombres como mujeres, en las que pueden participar tanto afiliados como simpatizantes y, como novedad en nuestro país, cualquier persona mayor de 16 años, aunque no tenga relación con el partido.

Este ha sido, para mi, el balance del año que estamos a punto de abandonar. Como se ve, este gobierno no sale bien parado. Esperemos que el 2014 suponga, por un lado, que esa "mayoría silenciosa", a la que Rajoy tan aficionado es a nombrar, despierte, y que la ciudadanía reaccione a ese ataque que, semanalmente desde hace dos años, estamos sufriendo. 

A pesar de todo, ¡FELIZ AÑO 2014!




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