lunes, 29 de diciembre de 2014

POR UN CAMBIO DE PARADIGMA

A punto de acabar el año 2014, es hora de comprobar qué lugar ocupamos en el mundo en relación a los diversos indicadores de riqueza, niveles de educación, esperanza de vida o huella ecológica. Los tres años de gobierno popular, a pesar de los mensajes triunfalistas con que nos quiere regalar los oídos el presidente Rajoy, han dado como resultado el retroceso en todos los niveles.

El PIB es el índice menos adecuado para reflejar la salud real de la sociedad, pues sólo tiene en cuenta el valor monetario de la producción de bienes y servicios en un determinado periodo de tiempo. No incluye las llamadas "externalidades negativas", es decir, no tiene en cuenta la economía sumergida o el impacto social o ecológico de las  actividades económicas (abusos laborales, destrucción de espacios naturales, disminución de la biodiversidad, transporte de las materias primas). Pues este índice nos dice que, incluso obviando estos aspectos, España ha descendido cinco puestos desde el comienzo de la crisis. Actualmente ocupa el puesto 14º, por detrás de Corea del Sur, con previsiones de seguir bajando en el ranking. Quizá por eso el gobierno de Rajoy incluyó en septiembre pasado actividades tales como la prostitución o el tráfico de drogas para mejorar estas cifras hasta en un 4,5 %, con un resultado mediocre, por cierto. EE.UU. y China encabezan la lista, una vez más, de países en relación a su PIB.

El Indice de Desarrollo Humano (IDH) que, como ya comenté en una entrada de hace más de tres años, está calculado a partir de tres parámetros, vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno, referido a nuestro país, nos dice que ocupamos el puesto 27º a nivel mundial, el peor desde 1990. En 2010 ocupábamos el puesto 20º, por lo que se ve cuál es el resultado de las políticas anti-sociales del actual gobierno. Este descenso es debido, sobre todo, a los recortes con los que desde el gobierno se ha castigado a la sociedad española, en sanidad, educación, dependencia, etc. Uno de los efectos indeseables de esta política, y una de las razones de este descenso, es la existencia de un 20 % de la población que se encuentra por debajo del umbral de la pobreza en España, y un 27,3 % que está en riesgo de alcanzar ese estado. De nuevo este ranking está encabezado por Noruega, seguido de Australia, Suiza, Holanda y EE.UU. 

Con relación al tercer indicador de bienestar, el Índice de Felicidad Planetaria (IFP), que creo que es el más adecuado, ya que para su cálculo se tienen en cuenta la esperanza de vida al nacer (EV), el bienestar experimentado de forma subjetiva (BE) y la huella ecológica (HE), mediante la fórmula IFP = EV x BE / HE, los datos más recientes con los que contamos se refieren al año 2012. Para España, este índice nos dice que estamos en el puesto 62 sobre un total de 151 países. Aunque nuestra esperanza de vida es de las más altas del mundo (con más 81 años, en el 9º puesto mundial), nuestra percepción del bienestar está a una tasa de 6,2 sobre un total de 10, lo que nos coloca en el puesto 42º, habiendo descendido este factor en 1,1 puntos desde 2008, cuando esta percepción era de 7,3. 

Nuestra huella ecológica, que, recordemos, es el área de terreno y océano necesarios para sostener su consumo de alimentos, bienes, servicios, alojamiento y energía y asimilar sus residuos, es el factor más negativo. Cada habitante de España necesitamos 4,74 hectáreas de terreno para subvenir a nuestras necesidades, casi tres veces más que la media planetaria, que es de 1,8 hectáreas per capita. Ello significa que si todos los habitantes de la Tierra vivieran como nosotros, nos harían falta tres planetas para sobrevivir. Aunque estamos lejos de EE.UU., que necesitan 7,2 has per capita, o Qatar, con unas excesivas 11,7 has., nuestra huella ecológica debe disminuir de forma ostensible para minimizar nuestro impacto en el planeta. Los tres países que encabezan el ranking según este índice son Costa Rica, Vietnam y Colombia.

Como conclusión, podemos decir que en estos tres años de gobierno del PP, el nivel de bienestar (tanto real como percibido de forma subjetiva), el nivel educativo y nuestra huella ecológica han empeorado, mientras que sólo los más ricos han mejorado su situación, aumentándose la brecha entre ricos y pobres debido al estancamiento de los salarios, según la OIT. Sólo un cambio radical en los paradigmas con los que nos regimos puede hacer revertir la situación. Esto pasa por reducir nuestra huella ecológica, con un modelo productivo que no siga esquilmando los recursos y emitiendo gases de efecto invernadero, por una redistribución de la riqueza, para disminuir esa brecha y devolver los niveles de vida dignos a tantas personas privadas de ellos por la aplicación de políticas erróneas, y la potenciación de la educación como modo de elevar el nivel educativo de la población, además de abandonar el dogma del crecimiento medido a través del PIB, que se ha comprobado que incide negativamente en los problemas sociales y ambientales que sufrimos.


miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿SE PUEDE O NO SE PUEDE?

Vaya por delante que las opiniones que voy a verter en estas líneas sólo me representan a mí, y en absoluto a la formación política con la que colaboro (a mi lo de "militar" nunca me ha gustado) desde sus inicios, allá por 2011.

Me he resistido hasta ahora a expresar públicamente mis impresiones sobre los acontecimientos que han tenido lugar en la Región de Murcia en los últimos meses en relación a la posible confluencia de movimientos sociales y políticos para revertir la situación en esta región, que está sufriendo a un gobierno sin ideas, interino, que solamente ofrece más de lo mismo, y que está ciego a lo que está pasando en la sociedad española y murciana. Y me he abstenido porque no tenía elementos de juicio suficientes como para tener una opinión formada. Pero los movimientos estratégicos de los distintos partidos en las últimas semanas me ha hecho reflexionar en voz alta, y no de modo muy positivo, realmente.

La confluencia en la Región de Murcia no es algo nuevo. Desde las elecciones generales de 2011 ha habido intentos de unir fuerzas, con la conformación de Asamblea por el Senado, una unión de personas pertenecientes a distintos partidos y asociaciones (EQUO, IU, Movimiento por Santomera, Foro Ciudadano, etc.) para intentar entrar en la cámara alta. Los discretos resultados en los comicios enfriaron el proyecto. En el plano municipal, Alternativa por Santomera, la unión de facto de personas pertenecientes a tres partidos, IU, EQUO y MOS, están dando sus frutos desde 2011, con dos concejales que ponen en práctica los nuevos modos democráticos y son el ejemplo claro de que esa convergencia es posible. En 2013 hubo un segundo intento, promovido por el Foro Ciudadano de la Región de Murcia, con el proyecto Convocatoria por el Cambio. A pesar del loable esfuerzo de aunar a personas independientemente de su afiliación política, intentando sumar al mayor número posible de movimientos sociales, personas independientes y partidos, la dificultad encontrada y el error, en mi opinión, de querer empezar la casa por el tejado, presentando públicamente el proyecto sin una base social sólida, echó por tierra este nuevo intento.

Y a todo esto aparecieron dos actores que han trastocado el tablero de juego. Por un lado Podemos que, animados por unos excelentes resultados en las elecciones europeas (si tenemos en cuenta la poca trayectoria con la que contaban) que, a mi juicio, les sorprendieron hasta a ellos mismos, han entrado por la puerta grande en las encuestas. El fenómeno Podemos (creo que se puede definir así, debido a la rapidez con que han ido protagonizando las portadas de periódicos y los noticiarios y tertulias televisivas, que no han sido ajenas, por cierto, a su expansión, y a la avalancha de adhesiones virtuales) ha vuelto del revés a casi todas las formaciones políticas, sobre todo a las tradicionales, herederas de la Transición. Por otro lado, la iniciativa municipalista Guanyem Barcelona, que ha abierto el camino para crear en las distintas ciudades de todo el país proyectos similares, incluidas Cartagena, Archena y, posiblemente, Murcia que, con el nombre de Ganemos (y otros), pretenden conseguir la tan ansiada confluencia a nivel municipal y, en algunos casos, como la Región de Murcia, a nivel autonómico.

Sin embargo, creo que tanto desde Podemos como en el seno de algún partido que apuesta por Ganemos, al menos en la Región de Murcia, se están llevando a cabo movimientos, auspiciados todos ellos desde sus respectivas cúpulas nacionales, cuyas consecuencias serán previsiblemente la ruptura de ese espíritu de concordia y colaboración tan necesario para llevar a buen puerto la unión de las personas que apostamos por otra manera de hacer las cosas. Me explico.

Podemos, al margen de su trayectoria dirigida desde el comienzo por un pequeño grupo de profesores que tienen atada y bien atada su estrategia para alcanzar el poder, se va alejando cada vez más de la tan cacareada apertura libre a la ciudadanía. Primero, por no dejar que las distintas opciones que se presentan (ya sean propuestas éticas, modos de funcionamiento interno o equipos que quieren constituir sus consejos ciudadanos) actúen con igualdad de oportunidades, bien cambiando las reglas por las que se rigen las votaciones en el último momento, para asegurar la elección de las propuestas del equipo promotor, o bien apoyando abiertamente a unas candidaturas en detrimento de otras, restando, muy presumiblemente, a las que no se llamen "Claro que Podemos" casi todas las opciones de salir elegidas. Y segundo, al arrogarse la herencia del 15M (tanto por la apropiación de lemas como por declaraciones abiertas en este sentido de sus dirigentes) y la exclusiva de la conformación de la "unidad popular", siempre y cuando ese "pueblo" sea elegido por ellos, excluyendo de pasada a muchas miles (si no millones) de personas que no siguen a pie juntillas las consignas emanadas de su asamblea. 

El otro factor que, a mi juicio, puede desestabilizar y dar al traste con la construcción de las candidaturas unitarias en la región, es seguir apostando desde IU por líderes que representan a la vieja política y que traicionan una de las premisas de la renovación política, como es la de apostar por personas que no han pasado 20 años viviendo de cargos públicos. La renovación tiene que escenificarse con nuevas personas, como han sabido ver sus correligionarios en Madrid, dejando paso a las nuevas generaciones que representan Alberto Garzón o Tania Sánchez.

A nivel autonómico y municipal, la previsible aparición de dos opciones políticas muy semejantes (Ganemos y Podemos) no hará sino confundir a las personas de esta región, ajenas a los detalles y a las rencillas por saber quién representa mejor a la "gente", esa entidad abstracta que funciona como cajón de sastre, que lo mismo representa a l@s que votan a los de siempre que a l@s que estaban ocupando las plazas en el 15M. Lo único cierto es que las particulares condiciones en el reparto de los escaños en la Asamblea Regional, con la existencia de cinco circunscripciones, dificultará previsiblemente la consecución de una mayoría suficiente como para cambiar el signo del gobierno regional que lleva 20 años castigando a la región con sus decisiones erróneas y su apuesta por un modelo caduco, si no se consigue la unión de fuerzas. Es una demanda social. Sólo hay que leer los comentarios de miles de personas en las RR.SS. o en los diarios digitales, que asisten impotentes a la pelea de gallos sin poder más que lamentarse por la falta de entendimiento entre los partidos. 

Por supuesto, esta confluencia se debe hacer del modo más transparente, democrático, abierto a la ciudadanía posible, y creo que aquí todos estamos de acuerdo. Si, al final, no se consigue la ansiada (por muchos) confluencia, las personas que se niegan en redondo siquiera a plantearla tendrán mucha responsabilidad si los resultados obtenidos no responden a las expectativas creadas. 




viernes, 21 de noviembre de 2014

LO QUE NO ME GUSTA (1ª PARTE)


No me gusta que los gobiernos intenten engañarnos una y otra vez.
No me gusta que los que nos gobiernan nos tomen por tontos.
No me gusta que la gente siga apoyando a los que empobrecen y castigan a los más indefensos.
No me gusta la pasividad e indiferencia con que la mayoría de la gente asiste al robo diario de dinero público y a la degradación de los servicios públicos.

No me gusta el aire de superioridad de nuestros gobernantes.
No me gustan los líderes supremos.
No me gusta que se actúe en contra de los deseos de miles y hasta de millones de personas, abusando de la mayoría absoluta, para favorecer a los amigos y a los "lobbies".
No me gusta la supuesta renovación de los que actúan para que nada cambie en realidad.
No me gustan los discursos vacíos y las imposturas para la foto.

No me gustan las canciones simbólicas de la Transición.
No me gusta que se grite en los mítines.
No me gusta que los políticos, del signo que sean, se perpetúen en los cargos.
No me gustan l@s que no dejan traslucir sus verdaderas intenciones, "mareando la perdiz" o "estirando la cuerda" hasta el límite.

No me gusta que se amordace a la sociedad, dificultando la expresión de las opiniones, a veces por la fuerza.
No me gusta que se ataque al contrario mientras se hace la vista gorda a las miserias propias.
No me gusta el seguidismo acrítico.
No me gusta el uso de símbolos trasnochados, puños, banderas e himnos.

No me gusta el uso de palabras violentas con connotaciones belicistas, como miedo, asalto, enemigo, bando, contraataque, ofensiva...
No me gustan l@s que no aceptan las críticas, que las toman como ataques personales, y que no tienen argumentos para contrarrestarlas.
No me gusta que se deje siempre "para más tarde" la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales, con la excusa de lo urgente (como se suele decir, que lo urgente no enmascare lo importante).





lunes, 27 de octubre de 2014

LA PODREDUMBRE DE LA DEMOCRACIA

La operación Púnica es otro eslabón más de la cadena de detenciones que se están llevando a cabo en España desde hace unos meses para acabar con la corrupción, esa lacra que se ha instalado en nuestro país desde la época de la Transición, acentuada a partir de la década de los '80 con la lluvia de millones que empezó a llegar a España a raíz de nuestra entrada en la UE. Los políticos al uso se han acostumbrado demasiado bien a un ritmo de vida alejado de lo que se considera normal. Coches oficiales, viajes a países lejanos para promocionar su ciudad o su comunidad autónoma, con tarjetas oro con los que gastar en cosas como restaurantes, mariscadas, estancias en hoteles en fin de año, reuniones de trabajo con facturas de 1.200 euros en comida de lujo, lo que quisieran, sin tener que rendir cuentas, como ha salido a la luz con la "caja fija" de la Generalitat valenciana, de la que salió una media de 577.000 euros al día entre 2006 y 2013. 

Por su parte, los sospechosos detenidos en esta operación cobraban (presuntamente), el 3 % de comisión por cada contrato de obra pública, habiéndose llevado hasta siete millones de euros en los últimos años, tal y como hacía el clan Pujol, habiendo aprendido muy bien de la trama catalana. Demasiados años de impunidad, de chulería, de sonrisas cínicas, de creerse por encima del bien y del mal, de que sus compañeros de partido cerraran los ojos (¿tal vez porque también han trincado pasta?), "confiando en la justicia" y "respetando sus decisiones, como no puede ser de otra manera". Políticos alejados de la gente, separados por cordones policiales, escoltas y pantallas de plasma.

La Región de Murcia no escapa a este ambiente corrupto. No en vano es la comunidad autónoma con el mayor porcentaje de ayuntamientos tocados por la varita de las imputaciones y las condenas por las diversas variantes de corrupción (prevaricación, tráfico de influencias, cohecho). Nada menos que el 57,8 % de los ayuntamientos murcianos están afectados por casos de corrupción relacionados con la construcción entre los años 2000 y 2010, otro récord que la región tristemente ostenta. De entre los detenidos hoy en el ámbito de la operación Púnica figuran el ex-alcalde socialista de Cartagena, Jose Antonio Alonso, socio de uno de los principales imputados, David Marjaliza, otro de los empresarios arrestados en Madrid y supuestamente uno de los cabecillas de la trama; la directora general del Instituto de Turismo, Mariola Martínez, y José Fidel Saura, jefe de gabinete del consejero de Turismo e Industria, Juan Carlos Ruiz, además de Jesús Norberto Galindo, actual secretario general del Instituto de Turismo de la Región de Murcia. A pesar de eso, el presidente Rajoy no tiene el menor reparo en calificar a la Región de Murcia como la región que "más ha progresado" (sic). Ya sabemos en qué ha progresado, porque lo que es bienestar, niveles de desempleo, porcentaje de abandono escolar.... estamos a la cola de España. 

Esta serie de detenciones hay que debérsela en gran medida a una nueva generación de jueces (aunque muchos otros tiene mayor edad), como son Pablo Ruz (nacido sólo 8 días después de la muerte del dictador Franco), Jacobo Pin (nacido el año del 23F), instructor del caso Fabra, Mercedes Alaya o Eloy Velasco, que no vacilan en poner ante ellos a la clase política, sin sucumbir a las presiones que sin duda reciben de las más altas instancias. Han tenido que pasar 30 años para que esta generación tomara el relevo a muchos de los que iniciaron su carrera profesional en la época franquista, llegando incluso a las más altas instancias judiciales, como el Tribunal Constitucional. Los jueces tienen todavía mucho trabajo por delante, y estaremos esperando con ansia las conclusiones de los casos Gürtel, Umbra, Urdangarín, ERE, Pujol.... para hacer una limpieza de la casa. A esa casa debe entrar aire fresco, porque no es de recibo que los mismos que una y otra vez incurren en casos de corrupción sigan gobernando este país, estamos demasiado hartos de ellos.

La basura de la democracia debe ser tirada al vertedero, renovando las instituciones y haciendo que los tres poderes del estado (legislativo, ejecutivo y judicial) sean realmente independientes unos de otros, y no este remedo de democracia, en que el poder político (y por tanto ejecutivo) está metido en los órganos de control de los jueces, en las entidades financieras, creando redes clientelares en los pueblos y barrios, donde los representantes funcionan más como mafiosos, a la manera de Don Corleone, haciendo favores a cambio de votos, que como intermediarios entre la voluntad popular y las instituciones. Situaciones de juegos de poder donde las relaciones entre empresas privadas e instituciones públicas se han convertido en intercambio de prebendas para asegurarse los primeros suculentos contratos y los segundos puestos de trabajo una vez acabada su etapa pública, si no enriquecimiento personal directamente. Ya basta.


lunes, 29 de septiembre de 2014

EL "POLÍTICO", UN CONCEPTO A EXTINGUIR

Con los movimientos políticos y sociales que desde hace unos años, y sobre todo desde el 15M, se han puesto en marcha, los viejos clichés están condenados a desaparecer. Es cierto que algunos partidos, los herederos de la Transición, mantienen el sistema meritocrático en su seno, convirtiendo la política en una profesión, como se ve en el propio concepto de "carrera política", un camino plagado de fases, que suele empezar en la etapa universitaria, como representante del alumnado, siguiendo por la afiliación a las juventudes de ese partido, la escalada en los cargos internos, pasando por concejal/a, jefe de filas de la agrupación local, diputado y, en algunos casos, ostentando altos cargos (consejerías, direcciones generales, ministerios) para terminar como eurodiputad@, en el mejor de los casos. Hace años hice un repaso a las carreras políticas de nuestros próceres, algunas de las cuales han durado más de 35 años.

La exigencia de la ciudadanía de un mayor grado de participación en la cosa pública, más allá de depositar el voto en las urnas cada cuatro años, firmar peticiones y realizar manifestaciones o acciones de calle, sumado al desprestigio que tienen los representantes públicos (a menudo ganado a pulso) por la práctica habitual de las "puertas giratorias" o retiros dorados a instituciones privadas (como los conocidos casos de Felipe González, Acebes, Zaplana, etc.) y públicas (como Zapatero y Fernández de la Vega en el Consejo de Estado o el reciente nombramiento de Ruiz Gallardón como miembro del Consejo Consultivo de la CAM), con sueldos desorbitados a cambio de unas pocas reuniones mensuales, hace que la profesión de político deba dejar de serlo como tal y que pase a ser una actividad realizada por cualquier ciudadan@ en cualquier momento de su vida, a la manera de la democracia ateniense, pero ampliada a todas las capas de la sociedad y adaptada al siglo XXI. La corrupción, tan extendida en nuestra sociedad, y sobre todo entre la clase política, es una razón de más para que el sistema representativo vaya pasando a la historia y sea sustituido por una democracia participativa que refleje de forma fidedigna la voluntad de la gente en cualquier momento.

¿Se imaginan que entre tod@s pudiéramos decidir cómo se van a distribuir las diferentes partidas presupuestarias en nuestro ayuntamiento? Ya hay muchas experiencias en el ámbito municipal de presupuestos participativos, sólo hace falta ponerlos en práctica en un mayor número de ayuntamientos. A nivel autonómico y estatal, la participación ciudadana puede mejorarse con la incorporación de referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de los ciudadanos, así como referéndums obligatorios para toda introducción de medidas dictadas desde la Unión Europea, aplicando los principios del gobierno abierto, que incluyen la transparencia, la rendición de cuentas y el fomento de la participación de colectivos sociales y ciudadan@s en general interesad@s en la toma de decisiones y en el diseño de los proyectos de interés general. 

Las TICs pueden jugar un papel muy importante en la toma de decisiones, con la condición de que se reduzca en gran medida la brecha digital en la población (un estudio reciente revela que el 27 % de los españoles entre 16 y 74 años nunca se ha conectado a Internet). También es necesario favorecer el acceso de las mujeres a la vida pública, ya que está demostrada la menor participación femenina en partidos, asociaciones y otros colectivos sociales, así como en listas electorales. En algunos partidos, como EQUO, se reparten escrupulosamente los distintos cargos (portavoces, miembros de órganos internos, listas electorales...), respetando la paridad por género en un riguroso fifty-fifty. Pero en la vida cotidiana aún es difícil que las mujeres participen en igualdad de condiciones que los hombres en los asuntos públicos.

La tendencia cada vez más marcada de ampliar el ámbito de actuación de la ciudadanía, una vez vencidas las resistencias citadas, debe tener como corolario la cada vez menor importancia de los llamados "políticos", esa clase que suele "deberse a sus electores" y que suele decir que tienen "vocación de servicio", dos frases hechas que, a fuerza de ser repetidas, no van más allá de ser meros clichés vacíos de contenido. Es hora de que la ciudadanía tengamos voz y seamos los verdaderos protagonistas de la acción política, entendida como capacidad de decisión en los asuntos públicos, y que la figura del "político" sea una función realizada por tod@s por un tiempo limitado y de forma no profesional.



jueves, 18 de septiembre de 2014

JUNTOS CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

Esta semana se está celebrando en todo el mundo una serie de actos reivindicativos por la lucha contra el cambio climático, que culminará el próximo domingo 21 de septiembre con la realización de la Marcha por el Clima en más de 2.000 ciudades. La más importante se llevará a cabo en la ciudad de Nueva York, coincidiendo con la Cumbre sobre el Clima, reunión que tendrá lugar en la sede de la ONU el día 23, en la que participarán más de 120 jefes de estado y de gobierno. A la marcha neoyorkina se sumará el secretario general de las NN.UU., Ban Ki Moon, como un gesto de la voluntad de este organismo de concienciar a los países de la importancia de la lucha contra el cambio climático. En España se van a celebrar algunas marchas, como en Madrid, convocada por EQUO y organizaciones ecologistas, Barcelona, Córdoba, Murcia, Soria, etc.

El cambio climático, de forma silenciosa pero constante, está afectando ya a nuestras vidas y a todo el planeta. Sequías prolongadas, inundaciones devastadoras, pérdida de biodiversidad, fusión de los casquetes polares, son algunas de las consecuencias de este fenómeno. El cambio climático se pone en evidencia, a menudo, por signos aparentemente inocuos, como es el retraso en la aparición de las setas en las temporadas de recolección, como han constatado científicos de 12 países en un reciente simposio celebrado en Soria. Pero no por menos espectaculares dejan de ser señales de alarma del avance implacable de este fenómeno.

La mayoría de la población, sin embargo, según una reciente encuesta realizada en España, a pesar de que la inmensa mayoría de los encuestados han oido hablar del cambio climático y los conceptos relacionados (ola de calor, calentamiento global, efecto invernadero,CO2, etc.), y que más del 90 % de ellos reconocen la realidad del fenómeno, no estima que el cambio climático sea uno de los principales problemas, ya que sólo el 3,6 % de los encuestados lo citarían como el problema más importante a nivel mundial, descendiendo al 0,2 % cuando se habla de problemas en el ámbito estatal. También se verifica que hay una percepción de que no afecta personalmente, ya que se cree que serán más vulnerables quienes vivan en un futuro más bien a largo plazo, y que son o serán otras personas, otros grupos sociales u otras comunidades las que padecerán en mayor grado las consecuencias más agudas y negativas del calentamiento global. 

También es significativo que más del 65 % de la población encuestada se siente poco o nada informada sobre el cambio climático, sus causas, sus efectos y las medidas a adoptar, siendo la televisión su fuente de información más usual, lo que demuestra que desde este medio no se informa de forma suficiente sobre este tema. Otro dato de esta encuesta que llama la atención es que el 47 % opina que "los españoles deberíamos preocuparnos por problemas más importantes que el cambio climático" y otro 18 % piensa que "da igual lo que hagamos los españoles" ante este asunto. Esto pone en evidencia la poca sensibilización ante este problema que tiene la población.

A nivel de la administración española, la creación del llamado "Grupo de Crecimiento Verde", grupo de trabajo impulsado por la nueva ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, integrado por las principales empresas del IBEX-35 (Iberdrola, Banco Santander, Mapfre, Ferrovial, Técnicas Reunidas, Telefónica, OHL, FCC, BBVA y Acciona), además de otras como Heineken, Renfe, Isover, NH, Ecoalf, Ence y Grupo Hera, demuestra que la concepción de "lucha contra el cambio climático" que tiene el gobierno de Rajoy es totalmente absurda, pues en ese grupo se incluyen a los principales responsables del cambio climático de nuestro país. Es como buscar a un grupo de pirómanos para que apaguen un fuego. Además, las políticas de apoyo decidido del gobierno al fracking y el desprecio a las energías renovables nos dicen que este grupo no es más que un paripé más del PP ante este tema, ya demostrado desde los tiempos en que Rajoy tenía a su primo como referencia

La cumbre del día 23 de septiembre en Nueva York, junto con la Conferencia sobre el Clima que se desarrollará en Paris en 2015, con el principal objetivo de llegar a un nuevo acuerdo internacional sobre el clima previsto para después de 2020, deben constituir el punto de inflexión en la política de los gobiernos para revertir los efectos y las causas del cambio climático, antes de que alcancemos un punto de no retorno, situación en la que estamos a punto de llegar, según las organizaciones ecologistas. La Marcha por el Clima del próximo domingo debe ser una llamada de atención a los líderes mundiales que, como decía un famoso eslógan, deben actuar y no solamente hablar, así como un intento de cambiar la mentalidad de la sociedad que aún percibe como lejano este problema.

Nota: En Murcia, la convocatoria de la Marcha Ciudadana contra el Cambio Climático es a las 12.00 h. en la Plaza Circular.





lunes, 11 de agosto de 2014

¿QUÉ SIGNIFICA CRISIS ECOLÓGICA?

Todos estamos de acuerdo en que atravesamos un periodo de crisis con múltiples facetas. Crisis económica, provocada por la avaricia del sector bancario en la época de bonanza, durante la que se priorizaron las operaciones especulativas por encima de las que se refieren a la economía real, y se creó y se alimentó la burbuja inmobiliaria hasta que ésta estalló, salpicando a todos. Crisis social, corolario de la crisis económica, al empujar a millones de personas a un estado de exclusión y pobreza, por los miles de desahucios, las bajadas de salarios y la eliminación de un plumazo de los derechos sociales que tantos años y esfuerzos costaron conquistar. Crisis política, al estar asistiendo a los niveles más bajos de democracia desde hace décadas, con partidos mayoritarios que se alternan en el poder, representando sobre todo a los poderes económicos, partidos involucrados en multitud de casos de corrupción, donde hasta las más altas instancias del Estado están inmersas en el robo de dinero público, en el pago de prebendas a cambio de contratos públicos y en la extorsión mafiosa a empresarios, con los casos Urdangarín, Gürtel y Pujol como máximos exponentes.

Pero pocos son los que hablan de otra crisis que es, a mi juicio, "la madre de todas las crisis", porque puede ser fatal para la propia supervivencia de la especie humana en un plazo más corto del que nos pensamos. Me refiero a la crisis ecológica. ¿Cuáles son los efectos esta crisis? Básicamente, el aumento exponencial de las emisiones de gases de efecto invernadero, que provoca el calentamiento global y acelera el cambio climático; la pérdida de biodiversidad, con la desaparición de especies animales y vegetales, algunas de las cuales nunca llegaremos a conocer; el agotamiento de los combustibles fósiles y nucleares; la pérdida de soberanía alimentaria, sobre todo en los países del sur, que pierden la capacidad de decidir qué cultivan y de controlar el destino de sus tierras.

No es casualidad que el comienzo de la crisis ecológica haya coincidido con la primera crisis del petróleo, en 1973. Esa fecha es cuando EE.UU. alcanzó su techo del petróleo (peak oil), pasando a una fase en la que el crudo es más escaso, más caro y de peor calidad, y cuando los demás países productores de petróleo tomaron el control de la situación manipulando el precio del crudo a su antojo. Hasta entonces, y desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (los llamados Treinta Gloriosos), el crecimiento de las sociedades occidentales se había basado en un petróleo barato y en las centrales nucleares, con el uso de combustibles que se creían inagotables. Eso había permitido el llamado Estado del Bienestar, la protección social de la ciudadanía por parte del Estado. Pero a partir de 1973, las cosas cambiaron, y la conciencia de la escasez de recursos dio vía libre a las tesis neoliberales de la escuela de Chicago, primero como un experimento aplicado en la dictadura de Pinochet (1973-1990) y luego en las principales democracias occidentales, en el Reino Unido de Thatcher (1979-1990) y en los EE.UU. de Reagan (1980-1988), para extenderse al resto del mundo, sobre todo a partir de la caída del comunismo en 1989. La década de los '70 es la también fecha de la aparición de los grupos y partidos verdes en Europa y EE.UU., que proponían alternativas al sistema imperante.

Los poderes económicos vieron peligrar su capacidad de crecimiento (es decir, de acaparamiento de recursos), y promovieron a gobiernos que defendieran sus intereses y que permitieran el debilitamiento de las condiciones laborales de los trabajadores. Al mismo tiempo, en la década de los noventa se inicia el fenómeno de la globalización, la interconexión de mercados y la libre circulación de capitales a nivel mundial, con la proliferación de paraísos fiscales para que las grandes compañías eludieran el pago de impuestos en sus respectivos países. La globalización se asocia a la deslocalización, es decir, al traslado de las empresas a países en vías de desarrollo, donde las condiciones laborales son mucho más frágiles, circunstancia que permite rebajar el precio de los productos, aumentando así los beneficios. La globalización se aceleró con el desarrollo de las Nuevas Teconologías e Internet, que permite el trasvase de fondos de un país a otro con sólo pulsar una tecla del ordenador. La huida hacia adelante de Occidente les empuja a la búsqueda desesperada de combustibles fósiles a través de procedimientos como el fracking o la implantación casi forzosa de cultivos transgénicos.  

Pero la maquinaria capitalista necesita dar salida a los productos fabricados en este mercado global, a los que se programa una obsolescencia con fecha de caducidad, y sólo puede funcionar si se estimula el consumo. Apoyado por la publicidad, desde los propios gobiernos se fomenta que los ciudadanos consuman cada vez más, acelerando el agotamiento de recursos (tanto de materias primas como de fuentes de energía). La combinación de una exigencia de consumo por parte de las corporaciones y los gobiernos, con el emprobrecimiento generalizado nos lleva a un callejón sin salida, cuyos máximos damnificados son los países del sur y las capas más vulnerables de las sociedades occidentales.

Muchos de los conflictos armados que se han desarrollado desde la década de los noventa tienen raíces ecológicas; ya no son por conquistas de territorio, sino por el control de las fuentes de energía, para atender las demandas energéticas de las grandes potencias. La Primera Guerra del Golfo, la guerra ruso-chechena, las guerras en los países africanos (Congo, Sierra Leona...) o, más recientemente, las guerras de Irak, Libia, Siria, Ucrania o los actuales bombardeos de Gaza por parte de Israel, tienen como objetivo controlar yacimientos de gas y petróleo o el paso de esos combustibles por los países en conflicto. 

A esta carrera desenfrenada por obtener recursos materiales y energéticos se han sumado últimamente los llamados países emergentes (Brasil, China, Rusia, India, Sudáfrica, etc.), que aspiran a emular a los países occidentales en los niveles de consumo. Juntas, las poblaciones de esos países superan los 3.000 millones de personas, por lo que la presión sobre los ecosistemas se multiplicará en los próximos años. Incluso esos países han creado un banco alternativo al Banco Mundial y al FMI para estimular su crecimiento. Para satisfacer las necesidades de sus habitantes, los países emergentes no dudan en invadir territorios vírgenes como la Amazonía, aumentar la quema de combustibles fósiles, adquirir tierras en continentes como África para cultivar sus propios productos, contaminar ríos y lagos y repetir los pasos dados por los países occidentales, agravando la situación ambiental del planeta.

La crisis ecológica es, como hemos visto, la raíz de todas las demás crisis, que son la punta del iceberg del desmoronamiento del sistema actual. Solucionar esta crisis ecológica debe ser la tarea primordial de cualquier gobierno, atendiendo al bien común (de las poblaciones locales pero también de los países del sur) antes que los intereses de las grandes compañías, todo ello desde un control realmente democrático desde la ciudadanía. Esta solución pasa por la sustitución de los combustibles fósiles por las fuentes renovables de energía (sol, viento), relocalizar la economía, cambiar los hábitos hacia un consumo responsable, sustituir la economía especulativa por una economía real y sostenible y, en definitiva, permitir una relación Ser Humano-Naturaleza que no sea de dominación, sino de co-habitación. Es la única alternativa posible si queremos tener un futuro pacífico en el que estén atendidas nuestras necesidades sin poner en peligro nuestra supervivencia.



viernes, 8 de agosto de 2014

A VUELTAS CON LA CONFLUENCIA

Estamos asistiendo en todo el territorio nacional a una serie de procesos de confluencia de movimientos sociales y políticos (PAH, mareas, EQUO, plataformas, IU, Podemos, asociaciones vecinales, etc.) a imagen de la que se inició en Barcelona con Guanyem Barcelona, con Ada Colau como cara más conocida. Ciudades como Madrid, Córdoba, Logroño, Almería, Málaga, etc., además de CC.AA. como Castilla-La Mancha o Murcia, estamos pasando por la experiencia de intentar que las fuerzas que nos oponemos a la política neoliberal practicada por el PP vayamos en una candidatura conjunta para sortear la penosa ley electoral que impera en España, que favorece el bipartidismo e impide que los partidos minoritarios accedamos a las instituciones, pues no refleja realmente los resultados electorales, sino que los modifica en favor de los de siempre.

Por ahora, en general, los procesos de confluencia se están desarrollando sin prisa pero sin pausa, intentando llegar a los máximos consensos posibles, y sin que ningún colectivo intente arrimar el ascua a su sardina. Desde el 15M, desde la irrupción de partidos horizontales y radicalmente democráticos como EQUO o Podemos y, sobre todo, desde el éxito de éste último en las elecciones europeas, las cosas han cambiado y la ciudadanía más concienciada exige que no sean las cúpulas de los partidos las que tomen las decisiones ni que sean los partidos más establecidos los que fagociten a los demás, sino que sean las personas, independientemente de su pertenencia o no a un partido político, las que sean los sujetos principales en el proceso. En este enlace puedes comprobar el estado de los diferentes procesos (gracias, Iván).

Sin embargo, ya se están viendo movimientos que indican que este camino no es fácil. Desde IU de la Comunidad de Madrid, los sectores más ligados al "aparato" del partido se rebelan ante una posible confluencia. Por otro lado, el partido liderado por Pablo Iglesias se muestra frío ante esa convergencia, espoleado por las buenas expectativas que le dan los sondeos, y lo deja todo a la celebración de su asamblea constituyente de otoño. Por su parte, EQUO se muestra favorable a los procesos de convergencia, tal y como lo expresó Juan López de Uralde en una entrevista reciente, además de que desde las asambleas de los diferentes territorios se da el visto bueno a intentar llegar a ese acuerdo, como en Córdoba, AsturiasCastilla-La Mancha, Madrid, la Región de Murcia, etc. En nuestra región, el proyecto Ganemos la Región de Murcia ha lanzado un llamamiento a todas aquellas personas y colectivos que se quieran sumar a él, y ha convocado una asamblea el próximo 27 de septiembre para seguir afianzando el proyecto y tomar las decisiones oportunas.

Lo que está claro es que en este proceso de confluencia las premisas con las que tod@s estamos de acuerdo (en principio) son que las candidaturas deben elegirse por primarias abiertas a la ciudadanía, que debe ser un proceso transparente, que no se haga desde los despachos y que se elabore un programa electoral de forma colaborativa y abierta. Además de esto, se debería introducir la paridad de género en la lista electoral y, sobre todo, que se abogue por un cambio en el modelo productivo, un Green New Deal a nivel local que apueste por el bien común. Este nuevo modelo debe ser aquel que disminuya las diferencias sociales y cuyo eje transversal sea un modelo económico ecológicamente sostenible, que luche contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, a través del desarrollo de sectores económicos verdes, el reparto del trabajo, la relocalización de la economía, el comercio de cercanía y el fomento del consumo responsable, entre otros.

En EQUO ya tenemos experiencia en confluir con otras fuerzas, como en Primavera Europea, cooperativa política con la que nos presentamos a las elecciones europeas, que agrupa a más de 10 partidos y movimientos (además de EQUO, encontramos a PUM+J, Caballas, CHA, Compromis, Democracia Participativa, PCas o SIEX, entre otros). Como formación en la que las decisiones asamblearias son moneda común y cuya apertura a la ciudadanía es una de las señas de identidad, no nos sentimos extraños en este tipo de confluencias. 

El próximo mes de septiembre, EQUO RM celebrará una asamblea abierta para terminar de perfilar nuestra participación en esta iniciativa ciudadana. Ahora falta que estas iniciativas cristalicen en proyectos ilusionantes para la mayoría de la ciudadanía, y que se constituyan como alternativas creíbles y reales al bipartidismo imperante. Que este proyecto llegue a buen puerto dependerá de la voluntad de tod@s.


martes, 15 de julio de 2014

LA VERDAD (AÚN) INCÓMODA

En 2006, el ex-vicepresidente de EE.UU., Al Gore, presentó el documental Una verdad incómoda, en el que se analizaban los efectos del cambio climático en el planeta Tierra, siendo una de las películas divulgativas sobre este tema que más efecto han tenido en la sociedad, llegando a ganar un Oscar en la edición de 2007.

Han pasado ya 8 años desde entonces, y los gobiernos de los países más desarrollados no se han puesto aún manos a la obra para frenar este fenómeno, a pesar de que se han sucedido unas cuantas cumbres mundiales sobre el clima (Bali 2007, Copenhague 2009, Cancún 2010, Durban 2011, Doha 2012, Varsovia 2013), además de la que se va a celebrar en el próximo mes de septiembre en Nueva York, cumbres que no han pasado de las buenas palabras, como una descarga de la mala conciencia de los dirigentes mundiales, pero sin tomar decisiones definitivas para revertir el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el calentamiento global. 

En su lugar, los gobiernos prefieren repetir mentiras reconfortantes, prometiendo el paraíso en la Tierra y asegurando que si se aplican sus medidas llegaremos a una situación de felicidad y recuperación económica como nunca antes hemos visto. En España esa supuesta recuperación se traduce en el aumento del consumo de electricidad y productos petrolíferos, además de una mayor fabricación en las industrias farmacéuticas y del tabaco. Estos dos datos se deberían interpretar de forma negativa, puesto que los primeros datos significarían un incremento en la emisión de GEI, y los segundos, más enfermedades que se deben tratar con medicamentos o que son generadas por el tabaquismo. Esa supuesta recuperación, además, sólo llega a las grandes empresas y a las grandes fortunas, como puede deducirse del dato de que las empresas del IBEX 35 repartirán dividendos por un total de 23.000 millones de euros este año 2014, y que la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor. Mientras tanto, los estudios económicos del FMI nos dicen que al menos hasta 2019 no bajará el desempleo por debajo del 20 % en España y que los salarios seguirán perdiendo poder adquisitivo en la próxima década. 

Pero la verdad es que tanto las causas del cambio climático como sus consecuencias siguen existiendo. El último informe de referencia sobre cambio climático emitido cada siete años por la ONU revela que la emisión debida a la actividad humana de estos GEI han crecido más rápido entre 2000 y 2010 que en cualquiera de las tres décadas anteriores. En España, la urgencia de la situación ha llevado a un grupo de personas, destacadas activistas en este campo, entre las que están Antonio Turiel, Florent Marcellesi, Jorge Riechmann y Margarita Mediavilla, a redactar un manifiesto, llamado de forma elocuente Última llamada, en el que se reclama una Gran Transformación, un cambio de mentalidad de la sociedad y de los gobiernos para evitar el colapso que supondría seguir por este camino suicida. Puedes adherirte a este manifiesto pinchando aquí

Esperemos que la gente atienda a esta llamada y no siga confiando en los mismos que nos han llevado a esta situación. Tendremos la oportunidad de decírselo en las urnas, votando a otras opciones diferentes a las que han gobernado en los últimos 36 años, el año que viene, en las elecciones autonómicas y municipales de 2015 y, presumiblemente, en noviembre de este año, pues se habla ya de adelanto de las elecciones generales para este otoño. La urgencia de la lucha contra el cambio climático lo requiere.







jueves, 5 de junio de 2014

LOS RETOS AMBIENTALES A LOS QUE NOS ENFRENTAMOS


En medio de la vorágine en la que vivimos, con la noticia de la abdicación del rey, y recién salidos de las elecciones europeas, con la certificación del debilitamiento del bipartidismo, que se las prometía muy felices antes de los comicios y que ha provocado un amplio debate y un reajuste en la correlación de fuerzas políticas, el medio ambiente sigue siendo el convidado de piedra, la cuestión primordial de la que apenas se habla, salvo alguna mención en algún espacio marginal de la prensa escrita o de los telediarios y un aspecto del que todo el mundo está de acuerdo en que hay que preservar, pero que, a la hora de la verdad, ninguna institución tomas cartas en el asunto más allá de declaraciones bienintencionadas. 

En este Día Mundial del Medio Ambiente, muchas cuestiones ambientales quedan por resolver, desde todos los niveles de decisión, europeo, estatal, autonómico y local. En Europa, en cuyo Parlamento se ha introducido por primera vez un eurodiputado proveniente de un partido español, EQUO, que representa a la ecología política, ideología que busca la sostenibilidad ambiental y la justicia social, los retos a los que nos enfrentamos son múltiples y abarcan muchos aspectos. Desde la Política Agraria Común (la famosa PAC), que debe conseguir que los aspectos ambientales  como el fomento y generalización de las prácticas agrarias más beneficiosas para el medio ambiente, así como la reversión de la pérdida de biodiversidad y la degradación de los recursos naturales estén a la misma altura que los puramente productivos. Siguiendo con la política pesquera, desde la UE debe poder reducirse la presión sobre los caladeros naturales y castigarse la pesca ilegal. Desde el punto de vista de la energía, la UE persigue el objetivo 20/20/20, es decir, que en 2020, el 20 % de la energía sea de origen renovable, reducir las emisiones de CO2 en un 20 % y ahorrar un 20 % de energía mediante la eficiencia energética. 

A nivel estatal, los espacios naturales y las cuestiones energéticas son algunos de los caballos de batalla más relevantes. La nueva Ley de Costas, que reduce la zona de servidumbre a 20 metros, posibilita la urbanización de áreas adyacentes al litoral, aumentando la presión a la ya maltratada costa española. A pesar de que casi el 30 % del territorio español está incluido en la Red Natura 2000 de espacios naturales, las distintas administraciones ignoran esta circunstancia, permitiéndose la construcción de infraestructuras (puertos, aeropuertos, autovías, urbanizaciones, etc.) en estos espacios protegidos. Desde el punto de vista de la energía, se consuma el ataque a las energías renovables, siguiendo los dictados del oligopolio energético, perjudicando a miles de inversores y consumidores, y agravando el problema de las emisiones de gases de efecto invernadero en España, al tiempo que se promociona el polémico fracking para extraer gas y se autorizan las prospecciones petrolíferas en Canarias.

En la Región de Murcia se concentran todos los problemas citados, desde la presión a los espacios naturales como El Gorguel o el Mar Menor, la mala calidad del aire de nuestras ciudades, la amenaza del fracking en el noroeste, hasta la proliferación de infraestructuras fantasma como el aeropuerto de Corvera o la autopista Cartagena-Vera, que evidencian el desinterés de nuestros gobernantes hacia el medio ambiente.

El desafío consiste en que nos mentalicemos en que no se pueden deslindar las cuestiones ambientales y las sociales y que la salida a la crisis exige soluciones integrales, que incluyan a la ecología como parte de ellas. No tenemos planeta B. Cuanto antes nos percatemos, antes saldremos de ésta.


Artículo aparecido hoy en La Opinión




lunes, 19 de mayo de 2014

ES LA ECOLOGÍA, ESTÚPIDO

Es innegable que estamos pasando por la mayor crisis económica, política y social desde la Depresión de los años '30, que desembocó en la Segunda Guerra Mundial. Pero la otra certeza es que atravesamos por la mayor crisis ecológica de la historia de la Humanidad. Hemos sobrepasado la cifra de 7 mil millones de habitantes en el planeta, acrecentando la presión sobre los recursos para asegurar nuestra supervivencia; el crecimiento de la emisión de gases de efecto invernadero se ha duplicado en la última década; las migraciones debidas al cambio climático son más importantes que las debidas a las guerras, creándose un nuevo tipo de refugiado, el refugiado medioambiental; el deterioro de la situación laboral de los trabajadores europeos es consecuencia de la presión que ejercen los países emergentes (los llamados países BRIC -Brasil, Rusia, India y China- más otros como Méjico, Indonesia, Dubai...), cuyo crecimiento económico se basa en los combustibles fósiles, en una huida hacia adelante que afecta a todos los continentes. A su vez, las grandes multinacionales deslocalizan la producción a terceros países, sobre todo al sureste asiático y Latinoamérica, donde los salarios y los derechos laborales están por los suelos, lo que perjudica, en un efecto dominó, a las condiciones de toda la clase trabajadora mundial, como lo estamos comprobando en la actualidad.

La ola de neoliberalismo que recorre el mundo, y que estamos sufriendo en Europa en general y en España en particular, tiene su origen en hechos de naturaleza ecológica, como es la toma de conciencia del agotamiento de los recursos energéticos y la apropiación por parte de un oligopolio de las fuentes de energía, para controlarlas y especular con ellas. Tras los llamados Treinta Gloriosos, tres décadas entre 1945 y 1973, en los que el petróleo era barato, en que se pensaba que los recursos eran ilimitados y que era posible alcanzar cualquier meta por difícil que fuera, incluida la conquista de la Luna, el sueño se truncó con la crisis del petróleo de 1973, una subida brusca del precio del crudo que afectó al modo de vida occidental. Eso dio como resultado un giro copernicano a la situación política mundial. No es casualidad que ese mismo año se produjera el golpe de Estado de Pinochet en Chile, primer laboratorio neoliberal, con la aplicación de la doctrina del shock, según palabras de Naomi Klein, seguido pocos años después de las victorias electorales de Margaret Thatcher (1979) y Ronald Reagan (1980), que aplican las tesis neoliberales de Milton Friedman a la economía, primando las supuestas bondades de los mercados frente a la regulación del estado. En 1972 aparece por primera vez un libro que advierte de los riesgos del crecimiento económico para la superviviencia del ser humano: Los límites del crecimiento, informe encargado por el Club de Roma al MIT.

La crisis actual es una extensión de esa doctrina del shock, pues es la excusa para que los oligarcas impongan a los gobiernos, o más bien coloquen a los suyos en los puestos decisivos (como Christine Lagarde, antigua ministra del gobierno francés entre 2005 y 2011 y actual directora del FMI; Mario Draghi, antiguo director ejecutivo del Banco Mundial, directivo de Goldman Sachs y actual presidente del BCE; o el español Luis de Guindos, ex-miembro asesor de Lehman Brothers y actual ministro de Economía). Estos personajes promueven desde los gobiernos las privatizaciones y los recortes drásticos en los derechos sociales y políticos, aplicando a rajatabla las recetas neoliberales pergeñadas por la escuela de Chicago.

Si el origen de la situación actual proviene de la crisis ecológica, la aceleración de la degradación ambiental y social de la última década requiere soluciones que tengan en cuenta el componente ecológico, si no corremos el riesgo de atenuar los síntomas pero no de atacar el mal de raíz. En un periodo en el que, según muchos estudios, hemos sobrepasado el llamado pico del petróleo, momento en el que se ha extraido más de la mitad del petróleo existente, y a partir del cual será más cara su extracción y de peor calidad, proponer soluciones cortoplacistas no hace sino retrasar la toma de decisiones para adaptarnos a un mundo post-fosilista. Esas soluciones con cortedad de miras son, por ejemplo, apostar por el fracking o prolongar las actividades mineras del carbón. Aumentar la vida útil de las centrales nucleares es también una propuesta miope, vistas las fatales consecuencias que han traido accidentes como el de Fukushima o el problema que supone el almacenamiento de residuos radiactivos.


La única manera de salir de ésta es mediante la democratización de Europa en todas sus facetas, permitiendo que la ciudadanía tome el control de la toma de decisiones, y que no sea el oligopolio neoliberal el que siga decidiendo por todos nosotros. Esa democratización radical pasa por tener el control de las fuentes de energía, no permitiendo que el sol, el viento y el agua sean patrimonio de unos pocos. Esa democratización radical pasa por no permitir que se especule con el territorio, para que unos cuantos obtengan beneficios a costa del interés general, pasa por no permitir que las multinacionales puedan denunciar a las instituciones europeas si éstas se oponen a sus intereses, como la imposición de cultivos transgénicos o de tratamientos hormonales para el ganado en Europa, tal y como se adivina del Tratado de Libre Comercio que se está negociando, cuya opacidad fue revelada por los Verdes europeos

Parafraseando la famosa frase que se utilizó en la campaña de Clinton en 1992, debemos decir bien alto y claro: ES LA ECOLOGÍA, ESTÚPIDO. Una salida a la crisis debe incluir la apuesta decidida por las energías renovables, los sectores sostenibles de la economía, la lucha contra el cambio climático, la lucha contra la pobreza y las desigualdades entre el norte y el sur y en los países ricos, la inversión en Educación y Juventud, la fiscalidad verde y la recuperación de los derechos perdidos a través de la Carta de los Derechos Ciudadanos, tal y como se reclama desde el Partido Verde Europeo y desde EQUO. Sin este componente la salida será en falso, y comprometerá seriamente nuestro futuro.



viernes, 16 de mayo de 2014

¿POR QUÉ VOTAR A EQUO?

El próximo 25 de mayo, más de 400 millones de europeos vamos a elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, 751 eurodiputad@s que legislarán para la UE durante los próximos 5 años. De ellos, 54 corresponden a España, el 7,2% del total de eurodiputad@s en esta Europa de los 28. Como saben, en el Parlamento Europeo se reparten diversos partidos del espectro político, dominado actualmente por populares y socialdemócratas, quienes, junto con los liberales (tercera fuerza política) son los principales responsables, por acción u omisión, de la actual situación de crisis en el continente.

Actualmente el cuarto grupo en importancia por el número de parlamentari@s en el Parlamento Europeo lo constituyen Los Verdes Europeos/Alianza Libre Europea (Greens/EFA en sus siglas en inglés), que cuentan con 58 eurodiputad@s provenientes de 12 países, entre ellos España, con un solo eurodiputado de ICV. Durante los últimos 10 años (pues el Partido Verde Europeo -PVE- fue creado en 2004 por la fusión de 32 partidos verdes diseminados por Europa), el Grupo Verde ha hecho aportaciones importantes para la UE. Como muestra, en la última legislatura 2009-2014 se ha conseguido que la política pesquera sea más sostenible; se ha contribuido a que el BCE esté controlado por el Parlamento europeo; se ha facilitado el camino para flexibilizar las aportaciones de los países miembros a la UE en función del alcance de la crisis; su mayor contribución ha sido la negociación de la Directiva sobre Eficiencia Energética; han luchado para que se dedique el 85% de los fondos de investigación sobre energía en las EE.RR., etc., tal y como se puede leer en este documento

La última incorporación al PVE ha sido EQUO, hace justo un año, unión aprobada en Madrid durante la celebración del 18º Consejo del Partido Verde Europeo. Pero EQUO no es un recién llegado, pues su creación en junio de 2011 responde a la fusión de 35 partidos verdes de ámbito autonómico e incluso local (el 95% del total de partidos verdes españoles) que estábamos diseminados por el territorio nacional, pequeños partidos que, sin embargo, han estado ahí para defender la sostenibilidad y la democracia radical desde comienzos de los años 80.

Para estas elecciones europeas, EQUO se presenta en la coalición Primavera Europea, junto con otras 7 fuerzas políticas (Compromís, Chunta Aragonesista -CHA-, Partido Castellano, Por Un Mundo Más Justo -PUM+J-, Democracia Participativa, Caballas y Socialistas Independientes de Extremadura -SIEX-), además de estar apoyada por formaciones como Socialistas por Tenerife (SxTf), Demos + y Electores de Alhaurín (EdA).

En el espectro político español de izquierdas existen partidos que tienen muchos objetivos en común con EQUO, ya sean partidos tradicionales que arrastran mecanismos anquilosados en su forma de funcionamiento interno, ya sean formaciones de corte más personalista que han surgido desde hace unos pocos meses. Estos objetivos son, entre otros, la lucha contra el austericidio, la rebelión contra las políticas impuestas por la troika, la auditoría de la deuda, la exigencia de una mayor transparencia en las instituciones europeas y de una mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones, la desaparición de los paraísos fiscales, el afianzamiento de los derechos sociales y políticos, etc. Sin embargo, todas esas opciones políticas obvian en sus propuestas un aspecto crucial: la inclusión de forma transversal del componente ecológico. Aunque es cierto que en sus respectivos programas electorales se pueden leer propuestas de corte ambientalista, éstas suelen aparecer de forma inconexa y aislada del resto de puntos programáticos.

En el siglo XXI, si hay un fenómeno que no puede ser ignorado y cuyas consecuencias se hacen cada vez más patentes, como lo demuestra un estudio encargado por el gobierno de EE.UU., ése es el cambio climático. Los países ricos, entre los que nos encontramos los países europeos, que sólo suponen el 20%, aproximadamente, de la población mundial, somos responsables del 80% de las emisiones de CO2 y de la generación de residuos, contribuyendo más que nadie al calentamiento global y al cambio climático, fenómenos ambos que no conocen fronteras, y cuyos efectos sufren mayoritariamente los países del sur y, dentro de los países europeos, las capas más vulnerables de la sociedad.

Frente a la izquierda tradicional (aunque esté revestida de un halo de post-modernidad mediáticamente promocionada por ciertos grupos de comunicación), que tiene al productivismo y al crecimiento como dogmas, cuando son las verdaderas fuentes de las desigualdades sociales, y que ignora el cambio climático como hecho tangible y científicamente verificado, EQUO, en su programa electoral, sí que tiene en cuenta estos fenómenos y, por tanto, integra en todas sus propuestas los aspectos ecológicos, pues es el único modo de combatir la crisis, que no es sólo económica y social, sino también política y ecológica. Así, el programa de reformas económicas está basado en el Green New Deal, ese Nuevo Acuerdo Verde encaminado a crear hasta 20 millones de puestos de trabajo en Europa, en sectores como las energías renovables, la rehabilitación energética de las viviendas, la gestión sostenible de los residuos, la movilidad sostenible o la agricultura ecológica, entre otros, además de promover una fiscalidad verde, unos incentivos fiscales para proyectos sostenibles y un nuevo instrumento de medida de la riqueza diferente al PIB, índice que falsifica la realidad, como ya puse de manifiesto hace algunos años en esta entrada

Como partidos que creen que debemos ser responsables para con las generaciones futuras, a las que tenemos que dejar un planeta en las mejores condiciones posibles, el Partido Verde Europeo y EQUO proponen una transición ecológica de la economía, para conseguir una Europa independiente desde el punto de vista energético, respetuosa con terceros países del sur, útil socialmente y sostenible desde el punto de vista ambiental. En una época en la que hemos alcanzado el pico del petróleo, la promoción de las energías renovables para conseguir el 100% de la producción energética renovable de Europa en unos años, el abandono de la energía nuclear y de la minería del carbón, el rechazo al fracking, son políticas perfectamente viables para ser independientes energéticamente hablando. La importación de combustibles fósiles nos cuestan a los europeos cientos de miles de millones de euros al año (45.000 millones solamente en España).

Además, la propuesta de radicalidad democrática que incluye en su programa no son meras palabras, ya que EQUO es pionera en la elección de sus candidat@s a estas elecciones por primarias abiertas, en las que salió elegido Florent Marcellesi, y el PVE es el único partido de ámbito europeo que ha elegido a sus dos candidatos a presidir la Comisión Europea (Ska Keller y José Bové) por primarias igualmente abiertas a toda la ciudadanía europea mayor de 16 años. Se puede decir que, en materia de democracia participativa, lo que se dice en EQUO se hace.

Gobierno abierto, políticas de migración que primen los derechos humanos, inicio de un proceso constituyente europeo desde abajo, refuerzo del papel del Parlamento Europeo frente a las troika, control de los lobbies, igualdad entre hombres y mujeres, derechos de las minorías, derechos de los animales, derechos digitales, soberanía alimentaria, economía del Bien Común, renta básica, reparto del trabajo, apoyo a políticas públicas a la educación y la sanidad, laicidad... son muchas las propuestas que desde el trabajo de miles de personas en red y la experiencia en los movimientos sociales han sido aportadas a este programa electoral.

Por todo ello, creo que votar a EQUO es la mejor opción para que esta Europa de los mercados y de las grandes multinacionales se transforme en la Europa de las personas y en la Europa sostenible, multicultural, pacifista, democrática y solidaria.

¡VOTA EQUO EL 25 DE MAYO!