viernes, 16 de mayo de 2014

¿POR QUÉ VOTAR A EQUO?

El próximo 25 de mayo, más de 400 millones de europeos vamos a elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, 751 eurodiputad@s que legislarán para la UE durante los próximos 5 años. De ellos, 54 corresponden a España, el 7,2% del total de eurodiputad@s en esta Europa de los 28. Como saben, en el Parlamento Europeo se reparten diversos partidos del espectro político, dominado actualmente por populares y socialdemócratas, quienes, junto con los liberales (tercera fuerza política) son los principales responsables, por acción u omisión, de la actual situación de crisis en el continente.

Actualmente el cuarto grupo en importancia por el número de parlamentari@s en el Parlamento Europeo lo constituyen Los Verdes Europeos/Alianza Libre Europea (Greens/EFA en sus siglas en inglés), que cuentan con 58 eurodiputad@s provenientes de 12 países, entre ellos España, con un solo eurodiputado de ICV. Durante los últimos 10 años (pues el Partido Verde Europeo -PVE- fue creado en 2004 por la fusión de 32 partidos verdes diseminados por Europa), el Grupo Verde ha hecho aportaciones importantes para la UE. Como muestra, en la última legislatura 2009-2014 se ha conseguido que la política pesquera sea más sostenible; se ha contribuido a que el BCE esté controlado por el Parlamento europeo; se ha facilitado el camino para flexibilizar las aportaciones de los países miembros a la UE en función del alcance de la crisis; su mayor contribución ha sido la negociación de la Directiva sobre Eficiencia Energética; han luchado para que se dedique el 85% de los fondos de investigación sobre energía en las EE.RR., etc., tal y como se puede leer en este documento

La última incorporación al PVE ha sido EQUO, hace justo un año, unión aprobada en Madrid durante la celebración del 18º Consejo del Partido Verde Europeo. Pero EQUO no es un recién llegado, pues su creación en junio de 2011 responde a la fusión de 35 partidos verdes de ámbito autonómico e incluso local (el 95% del total de partidos verdes españoles) que estábamos diseminados por el territorio nacional, pequeños partidos que, sin embargo, han estado ahí para defender la sostenibilidad y la democracia radical desde comienzos de los años 80.

Para estas elecciones europeas, EQUO se presenta en la coalición Primavera Europea, junto con otras 7 fuerzas políticas (Compromís, Chunta Aragonesista -CHA-, Partido Castellano, Por Un Mundo Más Justo -PUM+J-, Democracia Participativa, Caballas y Socialistas Independientes de Extremadura -SIEX-), además de estar apoyada por formaciones como Socialistas por Tenerife (SxTf), Demos + y Electores de Alhaurín (EdA).

En el espectro político español de izquierdas existen partidos que tienen muchos objetivos en común con EQUO, ya sean partidos tradicionales que arrastran mecanismos anquilosados en su forma de funcionamiento interno, ya sean formaciones de corte más personalista que han surgido desde hace unos pocos meses. Estos objetivos son, entre otros, la lucha contra el austericidio, la rebelión contra las políticas impuestas por la troika, la auditoría de la deuda, la exigencia de una mayor transparencia en las instituciones europeas y de una mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones, la desaparición de los paraísos fiscales, el afianzamiento de los derechos sociales y políticos, etc. Sin embargo, todas esas opciones políticas obvian en sus propuestas un aspecto crucial: la inclusión de forma transversal del componente ecológico. Aunque es cierto que en sus respectivos programas electorales se pueden leer propuestas de corte ambientalista, éstas suelen aparecer de forma inconexa y aislada del resto de puntos programáticos.

En el siglo XXI, si hay un fenómeno que no puede ser ignorado y cuyas consecuencias se hacen cada vez más patentes, como lo demuestra un estudio encargado por el gobierno de EE.UU., ése es el cambio climático. Los países ricos, entre los que nos encontramos los países europeos, que sólo suponen el 20%, aproximadamente, de la población mundial, somos responsables del 80% de las emisiones de CO2 y de la generación de residuos, contribuyendo más que nadie al calentamiento global y al cambio climático, fenómenos ambos que no conocen fronteras, y cuyos efectos sufren mayoritariamente los países del sur y, dentro de los países europeos, las capas más vulnerables de la sociedad.

Frente a la izquierda tradicional (aunque esté revestida de un halo de post-modernidad mediáticamente promocionada por ciertos grupos de comunicación), que tiene al productivismo y al crecimiento como dogmas, cuando son las verdaderas fuentes de las desigualdades sociales, y que ignora el cambio climático como hecho tangible y científicamente verificado, EQUO, en su programa electoral, sí que tiene en cuenta estos fenómenos y, por tanto, integra en todas sus propuestas los aspectos ecológicos, pues es el único modo de combatir la crisis, que no es sólo económica y social, sino también política y ecológica. Así, el programa de reformas económicas está basado en el Green New Deal, ese Nuevo Acuerdo Verde encaminado a crear hasta 20 millones de puestos de trabajo en Europa, en sectores como las energías renovables, la rehabilitación energética de las viviendas, la gestión sostenible de los residuos, la movilidad sostenible o la agricultura ecológica, entre otros, además de promover una fiscalidad verde, unos incentivos fiscales para proyectos sostenibles y un nuevo instrumento de medida de la riqueza diferente al PIB, índice que falsifica la realidad, como ya puse de manifiesto hace algunos años en esta entrada

Como partidos que creen que debemos ser responsables para con las generaciones futuras, a las que tenemos que dejar un planeta en las mejores condiciones posibles, el Partido Verde Europeo y EQUO proponen una transición ecológica de la economía, para conseguir una Europa independiente desde el punto de vista energético, respetuosa con terceros países del sur, útil socialmente y sostenible desde el punto de vista ambiental. En una época en la que hemos alcanzado el pico del petróleo, la promoción de las energías renovables para conseguir el 100% de la producción energética renovable de Europa en unos años, el abandono de la energía nuclear y de la minería del carbón, el rechazo al fracking, son políticas perfectamente viables para ser independientes energéticamente hablando. La importación de combustibles fósiles nos cuestan a los europeos cientos de miles de millones de euros al año (45.000 millones solamente en España).

Además, la propuesta de radicalidad democrática que incluye en su programa no son meras palabras, ya que EQUO es pionera en la elección de sus candidat@s a estas elecciones por primarias abiertas, en las que salió elegido Florent Marcellesi, y el PVE es el único partido de ámbito europeo que ha elegido a sus dos candidatos a presidir la Comisión Europea (Ska Keller y José Bové) por primarias igualmente abiertas a toda la ciudadanía europea mayor de 16 años. Se puede decir que, en materia de democracia participativa, lo que se dice en EQUO se hace.

Gobierno abierto, políticas de migración que primen los derechos humanos, inicio de un proceso constituyente europeo desde abajo, refuerzo del papel del Parlamento Europeo frente a las troika, control de los lobbies, igualdad entre hombres y mujeres, derechos de las minorías, derechos de los animales, derechos digitales, soberanía alimentaria, economía del Bien Común, renta básica, reparto del trabajo, apoyo a políticas públicas a la educación y la sanidad, laicidad... son muchas las propuestas que desde el trabajo de miles de personas en red y la experiencia en los movimientos sociales han sido aportadas a este programa electoral.

Por todo ello, creo que votar a EQUO es la mejor opción para que esta Europa de los mercados y de las grandes multinacionales se transforme en la Europa de las personas y en la Europa sostenible, multicultural, pacifista, democrática y solidaria.

¡VOTA EQUO EL 25 DE MAYO!




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