martes, 15 de julio de 2014

LA VERDAD (AÚN) INCÓMODA

En 2006, el ex-vicepresidente de EE.UU., Al Gore, presentó el documental Una verdad incómoda, en el que se analizaban los efectos del cambio climático en el planeta Tierra, siendo una de las películas divulgativas sobre este tema que más efecto han tenido en la sociedad, llegando a ganar un Oscar en la edición de 2007.

Han pasado ya 8 años desde entonces, y los gobiernos de los países más desarrollados no se han puesto aún manos a la obra para frenar este fenómeno, a pesar de que se han sucedido unas cuantas cumbres mundiales sobre el clima (Bali 2007, Copenhague 2009, Cancún 2010, Durban 2011, Doha 2012, Varsovia 2013), además de la que se va a celebrar en el próximo mes de septiembre en Nueva York, cumbres que no han pasado de las buenas palabras, como una descarga de la mala conciencia de los dirigentes mundiales, pero sin tomar decisiones definitivas para revertir el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el calentamiento global. 

En su lugar, los gobiernos prefieren repetir mentiras reconfortantes, prometiendo el paraíso en la Tierra y asegurando que si se aplican sus medidas llegaremos a una situación de felicidad y recuperación económica como nunca antes hemos visto. En España esa supuesta recuperación se traduce en el aumento del consumo de electricidad y productos petrolíferos, además de una mayor fabricación en las industrias farmacéuticas y del tabaco. Estos dos datos se deberían interpretar de forma negativa, puesto que los primeros datos significarían un incremento en la emisión de GEI, y los segundos, más enfermedades que se deben tratar con medicamentos o que son generadas por el tabaquismo. Esa supuesta recuperación, además, sólo llega a las grandes empresas y a las grandes fortunas, como puede deducirse del dato de que las empresas del IBEX 35 repartirán dividendos por un total de 23.000 millones de euros este año 2014, y que la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor. Mientras tanto, los estudios económicos del FMI nos dicen que al menos hasta 2019 no bajará el desempleo por debajo del 20 % en España y que los salarios seguirán perdiendo poder adquisitivo en la próxima década. 

Pero la verdad es que tanto las causas del cambio climático como sus consecuencias siguen existiendo. El último informe de referencia sobre cambio climático emitido cada siete años por la ONU revela que la emisión debida a la actividad humana de estos GEI han crecido más rápido entre 2000 y 2010 que en cualquiera de las tres décadas anteriores. En España, la urgencia de la situación ha llevado a un grupo de personas, destacadas activistas en este campo, entre las que están Antonio Turiel, Florent Marcellesi, Jorge Riechmann y Margarita Mediavilla, a redactar un manifiesto, llamado de forma elocuente Última llamada, en el que se reclama una Gran Transformación, un cambio de mentalidad de la sociedad y de los gobiernos para evitar el colapso que supondría seguir por este camino suicida. Puedes adherirte a este manifiesto pinchando aquí

Esperemos que la gente atienda a esta llamada y no siga confiando en los mismos que nos han llevado a esta situación. Tendremos la oportunidad de decírselo en las urnas, votando a otras opciones diferentes a las que han gobernado en los últimos 36 años, el año que viene, en las elecciones autonómicas y municipales de 2015 y, presumiblemente, en noviembre de este año, pues se habla ya de adelanto de las elecciones generales para este otoño. La urgencia de la lucha contra el cambio climático lo requiere.







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