viernes, 20 de marzo de 2015

EL AGUA, UN MOTIVO PARA LA CELEBRACIÓN


El domingo 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, coincidiendo con las elecciones andaluzas. Esta conmemoración instaurada por la ONU, que se viene celebrando desde 1993, tiene como lema “Agua y Desarrollo Sostenible”, y quiere fomentar, entre otras cosas, el crecimiento económico como solución a todos los problemas. Ya desde la Cumbre de Río de 1992 se resaltó el oxímoron (es decir, la combinación de dos palabras o expresiones de significado opuesto) que suponen los dos términos, pues el desarrollo económico suele estar reñido con la sostenibilidad ambiental. Está claro que en los países en vías de desarrollo, donde el acceso al agua es un privilegio y donde a duras penas se sobrevive con unos pocos dólares diarios, la mejora de las condiciones de vida es algo deseable y esta puede venir de la mano de un cierto crecimiento económico.
Sin embargo, en los países desarrollados, entre los que se incluye España, en los que la pobreza es un drama que está aumentando cada vez más, que se pone de manifiesto, entre otros, con los cortes de agua en los hogares que no pueden hacer frente a los pagos, apelar al crecimiento económico como motor del bienestar se ha demostrado como algo falaz y, en cierto modo, tramposo.
El gobierno saca pecho declarando que somos el país que más crece de la zona euro, llegando a una previsión de crecimiento del PIB para 2015 a una tasa del 2%. Pero ese aumento de riqueza sólo se ha verificado en el aumento de los beneficios de las empresas del IBEX-35 que, en conjunto, ganaron más de 32.000 millones de euros en 2014, un 42% más que el año anterior, mientras que la precariedad laboral campa a sus anchas, todo ello aras de la sacrosanta competitividad empresarial. En el reverso oscuro de ese crecimiento, encontramos, además, la degradación de los espacios naturales, las amenazas ambientales provocadas por la búsqueda desesperada de combustibles fósiles y el agravamiento del cambio climático debido al aumento de los gases de efecto invernadero.
En relación al agua, además de los cortes de suministro, que atentan contra los más elementales derechos humanos, nos encontramos con la privatización del servicio municipal en muchas ciudades, sustrayendo a la ciudadanía el control de este servicio, y dejando a las empresas privadas que hagan y deshagan a su antojo, primando la búsqueda de beneficios particulares al interés general.
En el Día Mundial del Agua, asistiremos seguramente a una serie de discursos hipócritas y buenas palabras, pero dudo que desde los poderes públicos que nos gobiernan actualmente se den los pasos adecuados para solucionar los problemas de la ciudadanía en relación al acceso justo a este bien básico. Sólo con la remunicipalización del servicio de aguas se garantiza el acceso al agua para el conjunto de la ciudadanía. Sólo con el abandono del dogma del crecimiento se asegura una relación entre ser humano y naturaleza que no suponga la destrucción sistemática de ésta última. Sólo con el reconocimiento de los servicios que nos prestan los ecosistemas, especialmente los ligados al agua, iniciaremos el camino hacia el buen vivir.
Artículo aparecido hoy en La Crónica del Pajarito:

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