jueves, 21 de abril de 2016

STOP AL CARBÓN


El pasado miércoles, la Comisión de Hacienda del Congreso aprobó una Proposición No de Ley (PNL) propuesta por el PSOE para bonificar hasta en un 80% el Impuesto sobre el Carbón a las empresas del sector en España, para favorecer el “carbón nacional” y, supuestamente, proteger los empleos de las cuencas mineras. Esta PNL ha salido adelante con los votos favorables de PSOE, Foro Asturias (FAC) y Podemos (20 votos en total) y la abstención de PP y C’s (19 votos).
Mala noticia para los que pretendemos que se luche de forma efectiva contra el cambio climático en nuestro país. Este impuesto está concebido para aplicarse al consumo de carbón, como un tributo ambiental, al gravar una situación contaminante, aplicando la máxima de “quien contamina, paga”. Sin embargo, con el argumento de evitar la pérdida de empleos, el PSOE, FAC y Podemos deciden eximir prácticamente de este impuesto a las empresas del carbón en España, continuando con el fomento de los combustibles fósiles, y no uno cualquiera, sino el mas contaminante de todos, el carbón.
“En la clásica disyuntiva entre mantener empleos y defender el interés general en lo relacionado con el medio ambiente, éste suele ser sacrificado”
El carbón autóctono nacional es de pésima calidad, por razones geológicas, y su combustión produce menos calor por tonelada que cualquier otro carbón foráneo. Sin la política de subvenciones es prácticamente imposible mantener la industria minera, una industria en franco declive. De hecho, desde 1990, la minería del carbón en nuestro país ha recibido mas de 24.000 millones de euros en subvenciones, a pesar de que el número de trabajadores de las minas carboníferas ha ido disminuyendo cada vez más, pasando de 52.000 en la época dorada de los años 80, hasta los actuales 3.000 trabajadores.
Y no sólo eso: el fraude asociado a la recepción de las citadas subvenciones en nuestro país se eleva a 600 millones de euros, estando involucrados doce empresarios de siete compañías mineras, quienes, presuntamente, declararon extraer una cantidad mucho mayor de carbón de la realmente realizada, para cobrar así indebidamente ayudas al sector. Este supuesto fraude esta siendo investigado por un juzgado de Ponferrada.
Por otro lado, ya se sabe que el carbón es el principal responsable del aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Según el informe 'Cambio Climático en España: evidencias, emisiones y políticas' elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad, en 2015 las emisiones de CO2 aumentaron en un 5% con respecto al año anterior, alcanzándose los niveles de 1998. Para los autores del informe, este aumento de las emisiones está ligado de forma directa con la quema de carbón en las centrales térmicas para la producción de electricidad. Al mismo tiempo se verifica que, a su vez, la generación de electricidad a partir de fuentes renovables descendió un 5% el año pasado. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, España ocupa el último lugar de Europa en cuanto a reducciones de emisiones desde el año 1990 hasta el año 2013 en cuanto a toneladas, y uno de los peores en cuanto a porcentaje.
Por todo ello, es incomprensible que dos partidos que dicen apostar por un cambio en las políticas aplicadas hasta ahora, como son PSOE y Podemos, incluidas las políticas ambientales, y que pretenden gobernar nuestro país, hayan aprobado, con la complicidad de PP y C’s, una bonificación al Impuesto sobre el Carbón, en vez de iniciar de una vez por todas la tan ansiada transición ecológica de la economía. Desgraciadamente, en la clásica disyuntiva entre mantener puestos de trabajo y defender el interés general en aspectos relacionados con el medio ambiente, éste suele ser sacrificado. Las razones esgrimidas por los grupos políticos para aprobar tal PNL no pueden ser suficientes para seguir fomentando el uso del combustible fósil más contaminante, que nos aleja cada vez más del compromiso de reducir nuestras emisiones de CO2, sobre todo a escasos meses de la celebración de la Cumbre del Clima COP21 de París. Es necesario y urgente, en cambio, abordar la reconversión de las comarcas mineras, explorando otros nichos de empleo, tal y como se ha llevado a cabo en otras comarcas similares en el resto de Europa, como en Francia. Esa reconversión debe tener, como primer objetivo, garantizar el futuro de los habitantes de esas comarcas y, de paso, contribuir a disminuir las emisiones de CO2, intentando revertir los efectos del cambio climático, cuyas consecuencias ya estamos sufriendo.
Artículo aparecido hoy en La Crónica del Pajarito:

lunes, 11 de abril de 2016

EL 15M A LA FRANCESA


Desde el 31 de marzo pasado, los nietos del mayo 68 han puesto en marcha el movimiento Nuit Debout (“noche en pie”), primero en la capital, en la emblemática Plaza de la República, su particular Puerta del Sol, extendiéndose después a otras ciudades, como Nantes, Lyon, Strasbourg, Rennes o Toulouse, entre otras muchas. Este movimiento, inspirado en el 15M español y prácticamente ignorado por los medios de comunicación de nuestro país, ha nacido como una confluencia de ciudadanos comprometidos para unirse y manifestar el hartazgo de la política gubernamental.
La ocupación de la plaza de la República se inició a raíz de una manifestación contra la Ley El-Khomri, apellido de la ministra socialista de trabajo, cuya reforma laboral de corte neoliberal pretende hacer retroceder los derechos laborales a un estado que atenta contra los trabajadores y trabajadoras francesas (aumento de la jornada laboral hasta las 60 horas semanales en situaciones especiales, despidos de forma unilateral por parte de la empresa, etc.), en la línea de la reforma española. Y ya sabemos que, en Francia, cualquier ataque a los derechos fundamentales es fuertemente contestado por la sociedad gala.
Nuit Debout nace a raíz dell ataque a los derechos fundamentales de una reforma laboral de corte neoliberal similar a la española
Las reivindicaciones del movimiento Nuit Debout son muy amplias, yendo desde la petición de un salario vitalicio, la democracia por sorteo, la mejora de los derechos del colectivo LGTB o la solución al problema de los refugiados, hasta la resolución de los problemas de vivienda o un mejor acceso a la agricultura ecológica. En resumen, un cambio de sistema y una refundación democrática de Francia, tal y como ocurrió en 2011 en nuestro país. Este movimiento es también una reacción al ascenso de la extrema derecha en Francia, que goza de los mejores resultados obtenidos por Marine Le Pen en unas elecciones en la historia reciente.
La dificultad a la que se enfrenta el movimiento Nuit Debout es ver de qué manera se traduce esto en un cambio real de la sociedad. Una de las vías es, a imagen de nuestro país, la traslación a la política institucional de esa indignación a través de partidos legalmente constituidos. En Francia, ese partido se encarna en En Marche!, movimiento político definido como “ni de derechas, ni de izquierdas”, “cuya adhesión es gratuita”, que pretende recoger la indignación de la calle, promovido por el joven ministro de Economía Emmanuel Macron quien, el miércoles 6 de abril, anunciaba su creación con el objetivo de “encontrar nuevas soluciones” y “desbloquear Francia”. Sin embargo, no son pocas las voces que creen que es solamente una plataforma política usada por Macron para saltar a las elecciones presidenciales de 2017.
La otra vía posible es la del alterglobalización o altermundialización, movimiento alternativo que, con el lema “cambiar el mundo sin tomar el poder”, pretende influir como sociedad civil fuera del juego político institucionalizado, sin jerarquías y conectados en red, por medio de acciones variadas. En Francia, el grupo altermondialista más extendido es el de los “zadistas”, movimiento de base ecologista, de ideología difusa, aunque tienen en común su anticapitalismo y anticonsumismo, que basan su acción en la ocupación pacífica de las llamadas ZAD, acrónimo de Zonas de Planificación Diferidas (Zones d’Aménagements Différés, en francés), rebautizados como Zonas a Defender (Zones à Défendre) por los activistas. Éstos son lugares destinados por la administración a infraestructuras, proyectos urbanos o equipamientos, a menudo en espacios naturales sensibles. El ZAD más emblemático es Notre-Dame-des-Landes, población al oeste de Francia donde está prevista desde hace décadas la construcción de un aeropuerto, fuertemente contestado por grupos ecologistas y partidos de izquierda (Los Verdes, Front de Gauche...), cuyos terrenos fueron ocupados en 2008, creándose un auténtico poblado autogestionado y solidario.
Tras la ocupación de las plazas, se confrontan, pues, dos maneras de conseguir ese “otro mundo posible”. Por un lado, está la vía institucional, camino seguido en España que, en cierto modo, ha desactivado la movilización de la calle, confiándolo todo a la actividad parlamentaria, con las dificultades que ello entraña. Por otro, la vía altermundista que, por medio de resistencias, de prácticas sociales, de debates e investigaciones, de creaciones intelectuales y artísticas, pretenden influir en los órganos de decisión política.
Tal vez lo mejor es una combinación de ambas cosas, con el objetivo último de cambiar este sistema socialmente injusto y ecológicamente insostenible. Seguiremos de cerca los acontecimientos del país vecino.
Artículo aparecido hoy en La Crónica del Pajarito: